(Xie Y et al. Nature Med 2022; doi.org/ 10.1038/s41591-022-01689-3)
Tercera parte
Investigadores analizan Bases de Datos Electrónicas Nacionales de los Departamentos de Veteranos en los EEUUA, con cohorte de 153,760 individuos quienes supervivieron los primeros 30 días posterior a la COVID, así como 2 grupos controles de 5, 637, 647 personas sin COVID y cohorte histórica de 5, 859, 411 de individuos, previos al año de inicio de COVID; las cohortes se siguieron por lo menos 12 meses, con 12, 095, 836 personas-año de seguimiento.
Las personas quienes tuvieron COVID, mostraron aumento de enfermedad cardiovascular (de 60% a varios centenares porcentuales), lo que incluyó a padecimiento cerebrovascular, disritmias, enfermedad coronaria isquémica y cardíaca no isquémica, miocarditis, insuficiencia cardíaca y tromboembolismo, procesos que ocurrieron en mayor cuantía aún en los que no requirieron hospitalización ni de terapia intensiva.
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Tratamiento combinado a dosis bajas resultó ser mejor que el convencional para normalizar la presión arterial
(Gnanenthiran SR et al. JAMA Cardiol 2022; doi: 10.1001/ jamacardio.2022.0471)
La hipertensión, habitualmente es asintomática y conlleva a riesgo de infarto cardíaco y hemorragia cerebral, deterioro de la función renal y ocular, así como a demencia multi-infarto, por lo que es trascendente disminuirla a niveles normales.
Los investigadores realizaron estudio en 700 personas con presión arterial mayor a 140/90 para recibir dosis bajas de 3 anti-hipertensivos (telmisartán 20 mg + amlodipino 2.5 mg y clortalidona 12.5 mg) vs tratamiento usual. Los que recibieron la triple terapia, 64% a 24 semanas tuvieron presión normal vs 43% del grupo control.
Este informe enfatiza la necesidad de emplear terapia combinada en hipertensión, tal y como se hace en cualesquiera de los padecimientos crónicos.