El arte de curar: el médico como placebo

(González-Blasco P et al. Chile 2018)
Carlos Abud Mendoza
Primera parte

No se puede comprender la terapia médica si se ignora el efecto placebo. El proceso de curación depende de la historia natural de la enfermedad, los efectos farmacológicos específicos y los cambios inespecíficos causados por el terapeuta y ambiente.

El efecto placebo es por lo general una respuesta psicológica no atribuible a los mecanismos físico-químicos de las intervenciones realizadas. También ocurren reacciones adversas (efecto nocebo del placebo) incluso graves, como urticaria y angioedema.

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Hay ejemplos numerosos de efecto placebo que supera a los analgésicos y antidepresivos; lo anterior, es independiente del nivel educativo, la inteligencia o la gravedad de la enfermedad.

Cuando el médico se sienta y escucha al enfermo, le está comunicando una actitud humanista. Hoy tenemos tecnología sofisticada –importante, pero estamos perdiendo el gusto por sentarnos y oír narrativas de vida. Aprendiendo a escuchar: curar con la actitud.

Escuchar con atención es una habilidad que el médico tiene que aprender para curar. Los pacientes muestran pistas sutiles acerca de su experiencia con el padecimiento, pero no rara vez los médicos las ignoramos porque escuchamos solamente “la voz de la medicina” y poco nos han enseñado para el lado emocional…..lo ignoramos, es decir, la “voz de la vida del paciente”.

A pesar de tener tiempo restringido, la atención para con el paciente debe de ser total, con la actitud de servicio y ayuda ilimitada.

Fatiga y disfunción cognitiva post-covid (Cerban F et al. Brain, Behavior, and Immunity 2022; 101: 93–135)

Cerca de 3 mil millones de personas han tenido COVID desde diciembre de 2019, aunque la mayoría son asintomáticos, 80% de los graves desarrollan secuelas de grado variable.

La COVID-19 se asocia a sintomatología como fatiga y alteración cognoscitiva aún posterior a la resolución del proceso agudo.

Los investigadores realizaron revisión sistemática y metanálisis de bases de datos electrónicas en la búsqueda de persistencia de las manifestaciones neurológicas mencionadas, las que persistieron 12 o más semanas, seguidas a la resolución de la COVID.