Desaparecer

“Quisiera que los zapatos de mi hijo me llevaran a el”. Frase de Clemente Rodríguez, padre de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre Normalista de Ayotzinapa cuyos restos fueron encontrados e identificados por la FGR, 5 años después de su desaparición.
Emigdio

Las desapariciones de personas son una vertiente de la inseguridad que vivimos en México y es desde mi particular opinión el peor de todos los crímenes púes no solo genera una agresión a quien desaparece también lo es para quienes buscan a sus familiares o amigos pues viven la incertidumbre diaria de no saber cómo están o que fue de ellos.

Aunado a la tragedia de que un ser querido no sea localizado, los familiares y amigos viven la indescriptible abulia de las autoridades que ya sea por no contar con los elementos, por infiltración de la delincuencia organizada o por simple desinterés no buscan a las personas desaparecidas, lo que los lleva – a los familiares o amigos- a hacer investigación y búsqueda, con todos los riesgos que ello implica.

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Los papas de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, Rosario Ibarra de Piedra, Isabel Miranda de Wallace son casos emblemáticos en México de buscadores de personas, sus hijos fueron secuestrados, desaparecidos, pero hay miles de mexicanos y mexicanas que buscan a sus hijos, padres, madres, hermanos, esposas o esposos; 220 mil desaparecidos desde que inició el registro en 1964 a la feche hay en nuestro País, de acuerdo con el reporte de la a Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB).

Casi 100 mil permanecen a la fecha en estatus de desaparecidas y / o no localizadas, ¡100 mil!, entre 2006 y lo que va de 2022; de estas 51 mil personas han desaparecido entre 2018 y 2022 es decir mas de la mitad de las desapariciones se han dado en el gobierno de la llamada cuarta transformación y el 26% de los 51 mil son mujeres cuya desaparición culmina prácticamente en un feminicidio.

Lo escalofriante de las cifras no son los números en si mismos si no que siguen en aumento y sin control, pero el fondo de todo es una clara incapacidad del estado mexicano de tener políticas públicas efectivas de combate al delito, no solo al crimen organizado, que se ha vuelto el pretexto de todo lo que pasa sin que se vaya a fondo.

CONCLUYENDO

  1. Estas cifras, mas la de homicidios y violencia en general que vivimos son muestra clara que estamos en medio de una grave crisis de inseguridad.
  2. Desapariciones como la de Debanhi, encontrada sin vida ayer, y las de miles de mexicanas y mexicanos son muestra del fracaso en las políticas de seguridad, pues solo se han concentrado en su combate.
  3. Para que la seguridad sea efectiva se requiere trabajar de forma conjunta en fortalecer la procuración e impartición de justicia, el combate a la corrupción y desde luego la educación y mejores condiciones de vida. Ni las dadivas en forma de programas sociales, ni militarizar la Guardia Nacional, son solución para la grave crisis de inseguridad.
  4. Por cierto, debemos dejar de politizar el tema de la seguridad y no lo digo por los ciudadanos o los partidos lo digo por los propios gobernantes que se empeñan en mostrar estadísticas todos los días que luego se topan con la realidad; esto acaba de pasar en la capital potosina en donde en una semana pasamos de los alegres números de mejor en percepción de seguridad a la tragedia de la realidad con el aumento de delitos.