Munguía representa lo contrario, exactamente lo opuesto al boxeo mexicano.
Lo de Munguía y su equipo es cada vez más triste y menos gracioso. Parece ser que han firmado un nuevo combate, ¿contra quién ?, ¡pues contra Daniel Jacobs!.
El mismo Jacobs que perdió en su último combate contra John Ryder, el mismo Jacob que ya tiene 35 años, el mismo cuya carrera decrece a pasos agigantados.
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Una nueva víctima cómoda como lo fue Gabriel Rosado, un nuevo rival a modo para seguir en el candelero. Un candelero que se sustenta esquivando a los Andrade o Alimkhanuly.
Un candelero repleto de victorias cómodas y con un récord más hinchado que el globo de un zepellin.
El bueno de Jaime prosigue en sus trece, esquivando y eligiendo pasos fáciles que lo dejen bien posicionado, pero sin luchar con aquellos que puedan plantarle cara. Munguía representa lo contrario, exactamente lo opuesto al boxeo mexicano.
