En cualquier caso, y a diferencia de lo que se pueda pensar, “este grupo de población tienen menos sexo compartido que otros grupos, lo que no significa que no tengan actividades sexuales individuales”.
Los datos de la encuesta señalan que el 32,4% de los jóvenes no han mantenido relaciones sexuales en los últimos meses frente al 15,5% señala haber mantenido 4 ó más relaciones a la semana.
Pero otro estudio coordinado por la Universidad de San Diego y publicado en la revista científica Archives of Sexual Behavior, señala que más del 15% de los adultos de entre 20 y 24 años asegura no haber tenido ninguna pareja sexual desde los 18 años.
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Los autores de este estudio señalan, además, que los jóvenes de ahora tienen hasta 10 relaciones sexuales menos al año si se comparan con las cifras de los años 90.
Las razones de que esto ocurra son muchas pero los expertos apuntan a la falta de tiempo de los jóvenes y a la inversión que hacen de este tiempo en las relaciones sociales.
Los jóvenes invierten más tiempo en internet y en los contactos on line que en los contactos físicos, pero, además, la falta de recursos económicos hace que sea difícil acceder a lugares en los que practicar sexo a estas edades.
¿Qué ocurre con las aplicaciones para buscar pareja? ¿no ayudan?
La realidad es que estas aplicaciones no tiene el éxito que se piensa. Según los datos de Tinder, “en un año hubo 1.600 millones de conexiones diarias de las que solo acababan en emparejamientos virtuales 26 millones (sólo un 1,6 %).
En cuanto al tipo de sexo que tienen los jóvenes, Molero recuerda que “durante la juventud, el sexo es más impulsivo igual que el resto de reacciones en esta etapa por lo que los jóvenes se arriesgan más”, pero, además, “tienen más información sexual que otras generaciones, algo que no siempre es bueno ya que la educación sexual no siempre significa información sexual ni comportamientos sexuales saludables”.
Para tener comportamientos sexuales saludables y disfrutar del sexo, “necesitamos tener información, tenerla interiorizada y que esté basada en una educación sexual que permita tener comportamientos saludables, es decir, tener asertividad sexual.
Es importante saber quiénes somos sexualmente y saber decir sí o no, aceptar esto o lo otro. Y esto es lo que a veces falta en la juventud porque no tienen esa educación sexual integral”, denuncia la experta.
Es importante tener en cuenta que “dependiendo de las edades empiezan a tener actividades sexuales determinadas para los que no están preparados”.
Muchos de ellos desconocen cómo funciona su cuerpo y eso es clave para mantener cualquier tipo de relación sexual, al igual que lo es, “el conocimiento en pareja a nivel sexual”.
Hasta ahora la sexualidad iba enfocada a prevención de riesgos (embarazo y enfermedades de transmisión sexual) y “nos hemos olvidado de la función principal del sexo que es el placer”, de ahí la importancia de una buena educación sexual desde este punto de vista, sin olvidar la prevención.
Como señala la especialista, “se ha comprobado que los jóvenes no han tenido esa educación sexual reglada que produce bienestar, pero si han tenido una basada en lo que han visto en su casa, en su entorno y en un modelo pornográfico.
Si los conocimientos básicos los han aprendido de un modelo pornográfico muy masculinizado y en función del deseo del hombre, esto implicará problemas a la hora de las relaciones con otras personas y más en concreto con las chicas”. Algo que se está viendo en la sociedad actual.