La economía mexicana tuvo una contracción de -0.1 por ciento en el último trimestre de 2021
El Inegi publicó su estimación oportuna del Producto Interno Bruto, que de confirmarse con las estadísticas tradicionales, muestran que la economía mexicana tuvo una contracción de -0.1 por ciento en el último trimestre de 2021, con respecto al trimestre inmediato anterior.
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Con este dato se muestra que hubo un crecimiento de solo 4.8 por ciento el año pasado, lo que no permite compensar la fuerte caída de la economía de 8.2 por ciento ocurrida en 2020.
Además, se tendrían dos trimestres consecutivos con datos negativos del PIB, que es la manera tradicional como se define la recesión en una economía.
Esto es resultado principalmente de la caída en la inversión provocada por la incertidumbre sobre posibles cambios en diversas leyes, como es la reforma eléctrica, por el nuevo ciclo del COVID-19 y por los cambios en las políticas monetarias de los países desarrollados.
El hecho de que la economía mexicana entre en una nueva recesión tiene diversos efectos negativos, todos ellos preocupantes. Entre los mismos están:
Que a cada uno de los habitantes de este país nos corresponde, en promedio, un menor ingreso del que teníamos durante los años anteriores.
Por decirlo de otra manera, el “tamaño del pastel” se reduce mientras que la población sigue incrementándose, por lo que a cada uno de nosotros nos corresponde una “rebanada del pastel” más pequeña, es decir tenemos en promedio un menor ingreso.
Otro efecto de la reducción del PIB es que las ventas de las empresas, en promedio, se reducen, pero sus utilidades tienen incluso una mayor reducción y en algunos casos, ciertas empresas registran pérdidas, por lo que su subsistencia está en riesgo.
Como resultado de la anterior, se crean menos empleos formales en la economía y los sueldos y salarios que pagan las empresas se pueden incrementar, pero lo hacen en un menor porcentaje que la inflación.
Es frecuente que algunas empresas estén obligadas a reducir su plantilla de personal, afectando sobre todo a los trabajadores de menores ingresos o que tiene menos tiempo de laborar en la empresa o que estén menos calificados.
Las estadísticas nos muestran que cada año la Población Económicamente Activa crece en cerca de tres millones de personas, mientras que el número de puestos formales en la economía mexicana apenas puede crear una tercera o cuarta parte de nuevos empleos anuales.
Esto significa que anualmente más de dos millones de jóvenes deben de escoger entre estudiar de tiempo completo, volverse ‘ninis’, es decir que ni trabajan ni estudian, otros más incorporarse a la economía informal o incluso dedicarse a la delincuencia. Todo lo anterior agrava el problema social y de inseguridad que ya tiene el país.
Otro impacto de la recesión es que reduce el poder de compra de la población, lo que a su vez agrava el problema de la recesión al disminuir aún más las ventas de las empresas.
Esto propicia que la economía entre en el círculo vicioso de ‘mayor recesión, mayor caída de ventas, lo cual a su vez provoca una mayor desempleo y recesión’, del cual puede ser muy difícil salir para la mayoría de los países.
Un efecto de la recesión que no siempre queda claro es que los gobiernos reducen su recaudación de impuestos, al bajar las ventas y las utilidades de las compañías, así como los ingresos de las personas, lo que a su vez puede agravar el problema del déficit fiscal.
En este escenario y para mantener la estabilidad de la economía, los gobiernos pueden decidir bajar aún más su gasto corriente o el de inversión, lo que a su vez lleva a agravar el problema de la recesión.
Otra alternativa que tienen los gobiernos es incrementar los precios de los bienes y servicios que otorgan a la población, como es gas, gasolina o la luz eléctrica, entre otros, reduciendo aún más el poder de compra de la población, agravando así el problema de la recesión.
Otra opción que tienen los gobiernos ante este escenario es incrementar el monto de la deuda, lo cual presiona las tasas de interés locales poniendo en riesgo a las empresas y personas que están muy endeudadas y elevando aún más el servicio de la deuda del mismo sector público.
En el entorno anterior se deben tomar medidas para reactivar la economía, sobre todo al inicio de la recesión, a fin de evitar que sea muy grave y costoso poder salir de la misma.