La sexualidad de la mujer ha evolucionado mucho en los últimos años. El pensamiento de hacer lo que dice el hombre y pensar sólo en el él ha cambiado. Ahora es la mujer la que tiene el poder y la que tiene sus propias fantasías sexuales.
La mujer pide igualdad en todos los campos, y la carrera hacia esta igualdad también incluye al plano sexual. “Las mujeres quieren disfrutar, cumplir fantasías y deseos que antes ni se atrevían a verbalizar.
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El empoderamiento femenino también a contribuido a que ahora la mujer hable sin tapujos de su sexualidad y diga lo que desea en cada momento: desde que la practiquen sexo oral hasta abrir su relación hasta registrarse con sus parejas en plataformas digitales”.
En general, “la principal demanda de la mujer se basa en disfrutar del sexo pensando en ellas mismas y en sus propios deseos, y no solo en las fantasías de su pareja o en el qué dirán”.
Tríos y lugares extraños
Algunas de las fantasías más frecuentes en las mujeres giran en torno a practicar sexo en lugares eróticos o prohibidos (ascensores, portales, playas, coches…).
Este tipo de fantasías sexuales hacen que aumente la adrenalina durante el acto sexual y que la excitación sea aún mayor entre la pareja.
Otra fantasía habitual entre las mujeres es cierta sumisión o dominación. Es una fantasía que también tienen muchos hombres.
A muchos de ellos también les atrae y les excita que la mujer sea la encargada de llevar las riendas y que sean ellas quiénes manden durante el acto sexual.
De igual forma, hay mujeres que fantasean con que un hombre (conocido o no) les diga qué tienen que hacer y les hagan sentir placer sin que ellas les pidan qué tienen que hacer.
Además de estas fantasías, la más habitual (aunque parezca sorprendente) entre las mujeres es la de practicar tríos. “La evolución de la sexualidad femenina es más tangible que nunca, está a la orden del día porque la mujer está cada vez más despojada de “mochila”, habla cada vez más sin tapujos y dice lo que le apetece hacer y con quién”, indica Joyce.
Eso sí, todas las fantasías sexuales de la mujer giran en torno a practicar sexo por diversión. “El sexo por diversión se ve cada vez más como una opción, no como algo prohibido o que solo se puede tener con una pareja para toda la vida”.
Ahora, conociendo estas fantasías, la pregunta es lógica ¿estarían dispuestas a ponerlas en práctica? Aunque para un 20% de las encuestadas las fantasías son solo eso, lo cierto es que ocho de cada diez españoles sí se han propuesto llevarlas a cabo.
De todos ellos, el 29% comparte la idea con su pareja, con quien acuerda cumplirlas, mientras que el 11% las ha llevado a la práctica estando soltero.
Cómo cumplir las fantasías
Para hacer realidad las fantasías sexuales de la mujer es indispensable conocerlas y para eso la comunicación entre la pareja es la clave.
“Independientemente del género, es importante hacer saber a la otra persona con qué disfrutamos y con qué no. También hay que interesarse sobre lo que la persona que tenemos delante desea, qué es lo que le excita y qué le apetece probar o experimenta”, señala Joyce.
Otro consejo de la socióloga es que “además de bucear por el cuerpo y la mente de una mujer, el hombre también puede proponer vivir determinadas experiencias con esa mujer, para lograr obtener un placer mutuo lo más satisfactorio posible. Todo es hablarlo, escuchar la opinión del otro y establecer acuerdos”.
Esta misma recomendación se aplica a la excitación de la mujer. Muchos hombres se preguntan qué tienen que hacer para excitar a sus parejas. “Cada mujer es única y, por ello, diferente de las demás. No a todas las mujeres les gusta lo mismo, por lo que no hay un abecedario general con información sobre cómo excitar a una mujer”, señala Joyce.
Teniendo esto en cuenta, es posible que cumplir con las fantasías sexuales de la mujer sea una buena forma de llegar a la excitación, aunque también se pueden seguir los consejos que aporta a CuídatePlus el sexólogo Antonio Murillo.
Por lo general, los estímulos auditivos y táctiles suelen excitar más fácilmente a las mujeres. “Recibir un masaje sensual, sentir caricias suaves y sensuales y ser el centro de atención son tácticas que también suelen funcionar”. Si a esto le sumamos otros estímulos, como “olores, sabores y una buena puesta en escena visual, el éxito casi está garantizado”.