La petrolera anglo-holandesa Shell se ha comprometido este martes a dejar de comprar crudo a Rusia “de inmediato” y ha pedido disculpas tras las duras críticas recibidas por haberse hecho con un cargamento a precio reducido durante el fin de semana.
La multinacional también anunció que cerrará todas sus estaciones de servicio en el país, además de detener sus operaciones de combustible y lubricantes de aviación.
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El director ejecutivo de la petrolera dijo este martes que fue erróneo haber comprado petróleo ruso.
“Somos muy conscientes de que nuestra decisión de la semana pasada de comprar un cargamento de petróleo crudo ruso para refinarlo en productos como gasolina y diésel. A pesar de haberlo hecho pensando en la seguridad de los suministros, no fue la (decisión) correcta y lo lamentamos“, dijo el consejero delegado de Shell, Ben van Beurden.
La empresa destinará las ganancias procedentes de los remanentes del crudo ruso a un fondo para ayudar a Ucrania, agregó el directivo.
“Desafío complejo”
“Este es un desafío complejo”, dijo Ben van Beurden.
“Cambiar esta parte del sistema energético requerirá una acción concertada por parte de los gobiernos, los proveedores de energía y los clientes, y la transición a otros suministros de energía llevará mucho más tiempo“, señaló el directivo de Shell.
El fin de semana la empresa justificó la compra de crudo ruso diciendo que no tenía “alternativa” para mantener el suministro de combustible a Europa y dijo que era una decisión “difícil”.
El petróleo ruso representa actualmente alrededor del 8% de los suministros de trabajo de Shell. Una de las refinerías de la firma, que produce diésel, gasolina y otros productos, también se encuentra entre las más grandes de Europa.
Los cargamentos de otras fuentes de crudo no habrían llegado a tiempo para evitar interrupciones en el suministro del mercado, agregó Van Beurden.
Sin embargo, aún no está claro cómo reemplazará Shell el volumen de combustible producido por Rusia.
“Estos desafíos sociales resaltan el dilema entre presionar al gobierno ruso por sus atrocidades en Ucrania y garantizar un suministro de energía estable y seguro en toda Europa”, agregó el director ejecutivo.
“Pero, en última instancia, corresponde a los gobiernos decidir sobre las compensaciones increíblemente difíciles que deben hacerse durante la guerra en Ucrania”.
Agregó que la firma continuaría trabajando con los gobiernos sobre cómo gestionar cualquier impacto potencial en el suministro de energía.
La semana pasada, Shell anunció su intención de salir de las empresas conjuntas en las que participa junto a la estatal rusa Gazprom, así como de poner fin a su participación en el proyecto del oleoducto Nord Stream 2.
Una de las críticas que recibió la empresa por su decisión de seguir comprando a Rusia la semana pasada fue provino del ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba.
“¿El petróleo ruso a ustedes no les huele como sangre ucraniana?”, preguntó el político ucraniano a través de Twitter.
Hasta ahora, los países occidentales no han impuesto sanciones a las importaciones de petróleo ruso, por temor a que aumenten los precios de la energía que ya son récord en todo el mundo.