Revocación: ¿Derecho o complicidad?

El tema de la “revocación”, está dando mucho de qué hablar, los mismos opositores al mandato del Presidente, se encuentran divididos con relación a la participación, mientras que el Titular del Poder Ejecutivo, aprovecha la inercia, convoca y promueve a que le ganen en las urnas.

Un punto medular que algunos promotores de la participación hacen destacar, descansa sobre la base de ser un derecho constitucional, dado el contenido del artículo 35 de la norma suprema, que lo prevé como atribución a favor de los ciudadanos.

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Sin embargo, ese extremo no está a discusión, la cuestión es el fondo a partir de las circunstan-cias del caso, pues el origen de ese ejercicio y todo su entramado, se generan a partir de inten-ciones contrarias al espíritu consagrado en la Carta Magna, por lo tanto, es viable afirmar que se trata de un procedimiento viciado de origen, al convertirlo en refrendo o ratificación.

En efecto, la revocación de mandato como acto soberano, se produce cuando existe una condi-ción de falta de legitimidad del Presidente, lo que en el caso -aunque muchos estimamos una deficiente y mala administración-, no acontece, tan es así, que ha sido él mismo y sus seguidores quienes se han dado a la tarea de armar el expediente y promover la participación ciudadana.

Tampoco es una petición ciudadana, un hecho público y notorio es que fue fraguada desde Pala-cio Nacional e implementada por los simpatizantes de su causa, por lo tanto, no parte de un mo-vimiento cívico, sino de una estratagema oficial, con el objetivo de fortalecer al caudillo.

Es un hombre controversial afecto a la polarización y bajo esas premisas nos invita a su fiesta electoral de ratificación de mandato, lo cual me parece inadmisible, la simple asistencia para legi-timar un capricho al margen de la constitución nos coloca en la calidad de cómplices.

No pasa desapercibido el afán romántico de algunos personajes de la vida pública que conside-ran prudente la participación en esa jornada y, a través de su voto manifestar su voluntad para que se separe del cargo, no obstante, el respeto que me merecen quienes piensan de esa ma-nera, no comparto su postura.

Por otro lado, ni siquiera percibo las condiciones para una alta participación, por el contrario, los definidos para ir a las casillas en su gran mayoría son los seguidores y la estructura de López Obrador y Morena, igual que la vez pasada en la consulta ciudadana, que resultó un rotundo y costoso fracaso, ante una muy escasa votación.

Así, con un INE limitado; un ejercicio inconstitucional; una estructura electoral oficial aceitada y; una sociedad desmotivada, es predecible el resultado, a tal grado, que el propio Presidente al advertir otro fracaso, se da a la tarea de promoverlo, por mi parte le haré el vacío.