¿Cómo afecta el calor al deseo sexual?

El equipo de psicólogos y sexólogos del Instituto Psicología-Sexología Mallorca afirma que no tiene por qué ser así.

“En verano o primavera el calor suele propiciar los encuentros sexuales, debido a que producimos más oxitocina y endorfinas, relacionadas con el deseo sexual, haciendo que aumente”, explican.

Algunas de las razones por las que, en algunas personas, las ganas de mantener relaciones sexuales aumentan en verano son:

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Un mayor sudor

“A muchas personas les resulta atractivo ver a otras personas sudando, incluso se relaciona con el deseo sexual”, aseguran. Si bien es cierto que, a muchas otras personas el sudor les causa rechazo, evitando las relaciones sexuales.

Menos ropa

En verano la gente se viste con menos ropa. “Parece ser que esto hace que nos sintamos más atractivos y nos fijemos también en los demás, algo que solemos relacionar con el deseo sexual”, explica el equipo de sexólogos.

Además, es más cómodo mantener relaciones sexuales al tener que quitarse menos ropa, al contrario que cuando hace frío que solemos llevar más capas.

Más horas de luz.

Son diversos los estudios que demuestran que la luz del sol incrementa los niveles de testosterona y de estrógenos (hormonas sexuales), favoreciendo el deseo sexual y el estado de ánimo.

“También eleva los niveles de producción de serotonina, un neurotransmisor que produce el cerebro y que nos hace sentir placer y excitación sexual.

Por eso, habitualmente, la época de verano nos parece más placentera, aunque debemos tener en cuenta que hay personas que disfrutan más de otras épocas del año, por tanto también es una cuestión muy personal”, explican.

Fantasías relacionadas con el verano

Aunque fantasías las puede haber de todo tipo, son comunes algunas relacionadas con el verano. Por ejemplo, una de las fantasías sexuales más frecuentes es mantener relaciones dentro del agua, ya sea en la playa o en la piscina.

Los especialistas señalan que se puede utilizar el preservativo en contacto con el agua de mar, de río, en la ducha, etc.

Sin embargo, “no es recomendable en la piscina debido a los componentes químicos que pueden dañar el látex.

No olvidemos que dentro del agua siguen existiendo riesgo de embarazo o de contraer una infección de trasmisión sexual, por ello la importancia de utilizar el preservativo”.