Así debes respirar para aumentar el placer en tus relaciones

Tener un encuentro sexual es algo más que la penetración, es atender al antes, al durante y al después y en todo este proceso la respiración es fundamental, tanto para la mujer como para el hombre.

De hecho, tener una buena respiración puede llegar a aumentar el placer e, incluso, ayudar frente a problemas como la eyaculación precoz, ¿cómo?

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Según explica Antonio Murillo, psicólogo, sexólogo, coach sexual y responsable del Grupo de Trabajo de Psicología, Sexología y Pareja de la Delegación de Córdoba del Colegio Oficial de la Psicología de Andalucía Occidental. la respiración y la relajación son claves para tener una mejor experiencia sexual.

“A la hora de tener una sesión de sexo, si la persona se encuentra relajada, puede disfrutar más de cada pequeño detalle, saborear más minuciosamente cada momento y gozar intensamente de cada experiencia” y todo ello aumenta el placer.

La relajación antes de tener un encuentro sexual ayuda a que la respiración sea lo más lenta posible, incluso en los momentos de más excitación, y esto puede ser muy beneficioso para la pareja ya que puede producir un placer mayor que cuando llevamos una respiración desacompasada o jadeante.

Según comenta Nayara Malnero, psicóloga, sexóloga clínica y sex coach y miembro de la Asociación Española de Sexología, “la respiración ayuda a parar, a relajarse y a volver a concentrarte en la relación que estamos manteniendo y también ayuda a controlar más las relaciones sexuales, tanto en hombres como en las mujeres”.

De hecho, ella practica técnicas de relajación con hombres y con mujeres, indistintamente. En el caso de las féminas, enseña a respirar para ayudar “a aquellas a las que les cuesta entrar en contacto con sus genitales o a las que creen que sienten dolor durante la penetración”, cuando no es así.

En el caso de los hombres, lo hace para “el control eyaculatorio, para mejorar la erección y para bajar la ansiedad y el estrés”.

La respiración en el sexo, como en cualquier otra faceta de la vida, “puede ayudar a regular el ritmo de nuestro cuerpo y de nuestra mente”, explica Murillo.

De hecho, “es difícil estar alterado, nervioso o enojado, mientras se respira lentamente, y de igual forma, no es fácil relajarse respirando deprisa; por tanto, el control de la respiración en el sexo puede suponer un grado de control sobre la propia actividad, tanto física como mental y aumentar el placer”.

El consejo de Malnero es aprender a respirar antes, durante y después del acto sexual. Para ello, aconseja estar en un sitio cómodo.

El objetivo es “no tomar el aire para llevarlo hasta el pecho, sino tomar aire y llevarlo hasta la tripa. Esto que evitará que nos aceleremos y que bajemos el ritmo.

Hay que respirar despacio y lograr que el aire llene la zona de la tripa, notando que esta crece y que se encoge. Para ello, recomienda tomar el aire por la nariz y soltarlo por la boca, poco a poco”.