Durante el trabajo tenemos que desempeñarnos más rápidamente y menos tiempo tenemos para nosotros mismos (as).
Durante el auge de la modernidad y a industrialización, muchas personas transformaron sus tradiciones, culturas, rituales o religiones. La consecuencia fue un incremento pronunciado de las enfermedades mentales.
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El estrés que causa el cambio de hábitos, el tratar de conservar sus tradiciones en un mundo globalizado donde “no hay tiempo” para esas “cosas”, el que lo más importante es tener los lujos que acostumbra una gran ciudad, fueron haciendo de las personas unos sambíes emocionales.
Si a esto le sumamos los celulares que más que hacer llamadas sirve para todo menos eso, hemos hecho de nuestras vidas una cárcel virtual donde las cadenas son la mercadotecnia y las plataformas digitales.
Todo esto nos ha llevado a tener cada día menos claridad mental, se vive en un acelere en donde de manera autómata se hace todo y donde lo más íntimo de nuestras vidas es expuesto en redes sociales, sin darnos cuenta que estamos perdiendo el valor de la privacidad, del compartir con el otro(a) momentos exclusivos de amor, amistad, compañerismo, etc.
Hace algunos días, en un grupo privado mande las clásicas buenas vibras y una foto preguntando: ¿cómo están y que hacen? No falto la foto de desayunando, en el camión, etc., pero lo que me llamo la atención (que si bien me saco una carcajada) fue que una persona del grupo saco una foto con el pantalón abajo y la frase: “en el baño”.
¿Qué tanto hemos perdido el sentido de la privacidad e intimidad con nosotros mismos? ¿Cuánto tiempo al día te dedicas a estar contigo mismo sin distractores emocionales como el celular, televisión, plataformas de música, video juegos etc.? ¿Estamos dispuestos de dejar nuestra mente, vida, decisiones a las redes sociales y juegos digitales, permitiendo que nos sigan absorbiendo la claridad mental de nuestro ser?
La claridad mental, es la que nos lleva a un contacto con nosotros mismos y nos lleva a la espiritualidad y la estamos perdiendo con este tipo de distractores.
El ser humano es espiritual, (aunque esta realidad se haya diluido por la gran urbe, los medios digitales y otro tipo de prácticas de la globalización), en esencia estamos constituidos como seres con una mente más allá del cerebro y a eso se le llama espiritualidad.
La espiritualidad y es importante que lo tengamos claro, no tiene que ver nada con la religiosidad.
Empecemos explicando estos dos conceptos para iniciar el camino de retomar nuestra claridad mental.
La espiritualidad viene desde adentro, es la fuerza interna que activa las dimensiones del ser humano. Ser espiritual, es avivar las posibilidades de estar intercomunicando por el mundo de Dios; independiente de la creencia que se tenga en él o de cómo lo llames tú. Esta intercomunicación es directa, efectiva y sanadora. Simplemente debemos de Despertar y regresar al origen de nuestro ser.
La religión busca externalizar dichas manifestaciones, principios y creencias por medio de mantras, oraciones o rituales, según sea la religión.
Según sean las prácticas religiosas, si no estás conectado con tu mente, cuerpo y espíritu de nada servirá que repitas (dijera mi madre) como “merolico” todo el rosario …
El objetivo universal de Dios es que la relación de él y tu “yo interno” nos lleven a la felicidad: ¿Es posible? la respuesta es un rotundo Sí; Simplemente requerimos claridad mental.
En este momento si has seguido la lectura te preguntaras: ¿pero cuando va a decir cómo conseguir claridad mental? Y te contesto: en el recorrido de esta lectura ya estas teniendo esa claridad mental. has tenido unos minutos contigo mismo(a) siguiendo esta lectura y cuestionándote las actividades rutinarias de tu ser que te absorben el cerebro dejándote sin voluntad espiritual.
El ser humano feliz, avanza y se desarrolla, tiene definido sus tiempos íntimos, sus momentos de comunicación con ese yo interno y Dios.
¿Cómo lograr claridad mental? Estoy segura que en este momento ya sabes cómo, pero te lo explico de otra manera:
Inicia con agradecer todo, absolutamente todo antes de iniciar tus actividades, esto junto con respirar profundamente en tu cama con los ojos cerrados ayuda mucho a esa claridad mental. Estas dando a ti mismo los primeros minutos del día sin ver ni escuchar nada que no sea tu respiración.
El conocimiento y el aprecio de ti mismo (a), no producen automáticamente una claridad mental, pero a través de esta ejercitación al despertar, poco a poco vivirás acorde con el bien que percibes. Y, ¿qué es lo que estas percibiendo cada mañana? La claridad mental que te da estar en paz y agradecido con tu ser.
Recuerda que el recorrer un camino que te lleve a la armonía y a la unidad de tus sentimientos no se da de manera mágica, debemos saber y descifrar que es lo que comparto con los demás, debemos de tener claro que nuestra vida es única y muy valiosa y que el respeto que le demos nosotros mismos hará que fluya tu ´paz interior.
¡Ese es el reto! que empieces a definir la basura emocional dentro de ti y empezar aponer orden en pensamientos y sentimientos.
La ejercitación tiene la finalidad de vivir acorde con el bien que se percibe, y conforme vayas percibiendo tendrás cada vez más una claridad mayor.
A medida que empiezas a ver los frutos de tu ejercitación espiritual vendrá la serenidad y la madurez emocional y por añadidura estas honrando tu vida y disfrutando al máximo tu experiencia espiritual.
Cinco minutos al día antes de levantarte, antes de abrir los ojos, desde tu cama, siendo consiente de tu respiración, dando gracias por un día más y sin dejar que ningún pensamiento se incruste en tu mente, hará la diferencia en todo el día. Empieza hoy.