La explosión demográfica ha traído aparejada la exigencia de servicios
La capital potosina tiene un requerimiento de 140 millones de metros cúbicos de agua al año aun sin embargo la Comisión nacional del agua sólo tiene autorizado que pueda el municipio de San Luis Potosí disponer de 80 millones de metros cúbicos de agua al año.
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Además por agotamiento de los mantos acuíferos no tiene permiso para perforar más pozos en un lapso por lo menos de 10 años.
A este problema se le suma el que los pozos que está perforándose en contra de la Comisión nacional del agua tienen que perforarse a más de 700 metros y el agua a esa profundidad está contaminada con metales pesados que son sumamente nocivos para los humanos.
Las diferentes administraciones municipales que han transcurrido durante los últimos 15 o 20 años han dado permiso para construcción de fraccionamientos, es decir asentamientos humanos que requieren de consumo de agua, sin justificar la existencia de esta.
El crecimiento industrial en la capital potosina a atraído una enorme cantidad de nuevos habitantes que han venido de otros municipios del Estado potosino y de otros estados de la República transformando a nuestra ciudad en algo inhabitable.
Desde luego esta explosión demográfica ha traído aparejada la exigencia de servicios, entre ellos el agua potable, ya que este es un elemento indispensable para la existencia humana. Algunas personas pobres mujeres dedicados a la política han visto que este es un elemento con el que pueden tratar de enganchar a la población ofreciéndole gestionar agua potable para sus colonias o comunidades desde luego a cambio de su voto en las urnas electorales.
El agua potable se ha convertido auténticamente en un “botín político” que sin el menor recato tratan de negociar, tenemos el ejemplo de Oscar Vera Fabregat, que utilizando el agua potable como arma política puso las bases para la operación de un partido político que llamó partido conciencia popular.
Y que incluso le exigió recursos al ayuntamiento para establecer oficinas de gestoría de agua potable en lo que en ese momento era el Siapas; habiendo tenido una gran fuerza política que le ayudó a ocupar la primera diputación en el Congreso local.
Pero también existe el ejemplo de Beatriz Benavente Rodríguez que utilizando el agua potable como pretexto logró escalar cargos públicos hasta llegar al Congreso del Estado.
La realidad es que hoy existe un gran déficit de abastecimiento de agua potable en San Luis Potosí y no existe una ley que limite el crecimiento urbano de la llamada zona metropolitana, por el contrario existen proyectos de crecimiento industrial que traigan mayor consumo de agua potable.
El agua potable ha sido el gran argumento de la mayoría de los políticos sobre todo en sus períodos de campaña que prometen llevar agua potable a todas las comunidades del Estado.
Lo más grave de estas promesas es que la población las ha querido creer debido a la necesidad que tienen de agua potable.
Algunos otros políticos han planteado proyectos fantasmagóricos para el abastecimiento de agua como aquel que llamaron “Aquaférico“ y que consistía en construir alrededor de la capital un enorme acueducto que transportara agua a una enorme presión para que a través de tuberías radiales la fuerza distribuyendo equitativamente en todas las colonias de la ciudad.
Cabe recordar que durante la administración de Marcelo de los Santos Fraga se hizo un compromiso con el Presidente de la República Vicente Fox para construir una enorme presa en los límites de Guanajuato y San Luis Potosí con recursos de la Federación y de ambos estados, pero el agua sería proporcionada por el Estado de San Luis Potosí para abastecer esa presa con el afluente del río Santa María.
Los especialistas advirtieron reiteradamente que el agua que llegará hasta esa presa estaría contaminada de fluor debido a que el río pasa por yacimientos de fluorita y el agua se contamina hasta convertirse en no apta para consumo humano.
La concesión para la transportación del agua de esa presa denominada el “realito” se le concedió a un familiar de quien fuera el director de la Comisión estatal del agua en el periodo de Marcelo de los Santos.
Pero lo que causa auténtico temor enfrentar a todas las administraciones municipales es las enormes fugas que tiene la tubería en la llamada zona metropolitana en donde por el mal estado de estas se pierde hasta el 50% del agua que se conduce por ahí, sin contar que este mal estado de la tubería contamina el agua potable con aguas negras.
La tubería en la capital potosina en muchas zonas aún se utiliza tiene una edad de casi 80 años sin que haya sido cambiada y hoy ninguna administración municipal ni estatal ha querido solucionar este problema.
Epidemiólogos aseguran que el 60% de las enfermedades gastrointestinales en la zona metropolitana tienen su origen en el agua potable.
Desde luego esto ha traído el desarrollo de un enorme negocio de venta de agua embotellada en diferentes presentaciones; dicho producto sube de precio de una manera escandalosa debido al incremento del consumo y a la escasez de este líquido en los hogares y en lugares en donde se concentra la población.
Este es un problema de difícil solución ya que permite enfocarse desde el aspecto de la salud, de la economía, de la educación y de otros aspectos como estudios profundos de la existencia de agua potable y la obtención de la misma a futuro que tal vez sea traerla desde la zona Huasteca antes de que se haga efectiva la idea del Estado de Nuevo León de hacer convenios con la Federación para llevarse el agua de la zona Huasteca del Estado de San Luis Potosí. De esto ya existen planes concretos y avances para abastecer a Nuevo León con agua del Estado potosino.