No muchos pueden experimentar el sentimiento de lograr un hole-in-one.
El día de ayer fue el norteamericano Sam Ryder y en el cuarto día de competencia lo hizo el mexicano Carlos Ortiz. El WM Phoenix Open es comúnmente conocido por tener el hoyo más ruidoso del PGA Tour hablando del par 3, hoyo 16, en el cual se abuchea a quienes no peguen el green en regulación o se alienta a quienes lo hagan.
Sin embargo, no muchos pueden experimentar el sentimiento de lograr un hole-in-one frente a gradas con veinte mil espectadores rodeando el hoyo y el tapatío Carlos Ortiz después de lo hecho el día de hoy en la última jornada de competencia puede decir que lo hizo.
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Ortiz llevaba un día en dos abajo de par después de haber iniciado la jornada con dos birdies consecutivos, hasta llegar al hoyo 16 en el cual a 178 yardas logró el tiro perfecto causando la sorpresa de los aficionados, quienes perdieron la cordura arrojando líquidos y botellas de cerveza hacia el campo y el green, el cual quedó casi cubierto y tuvieron que limitar antes de que pudiera ser resumido el juego por el resto del grupo.
Después del gran golpe, Charly caminó rápidamente hacia al green simulando agrado del golpe hecho, sin embargo, tuvo que frenar una vez que vio que su bola cayó al hoyo.
El mexicano levantó los brazos como forma de festejo y regresó a celebrarlo con su caddy y compañeros de grupo, quienes se mostraron igualmente emocionados por el mexicano.
El hole-in-one no fue la única emoción que el tapatío regaló al público, sino que un hoyo más tarde en el hoyo 17, par 4, con un espectacular golpe de salida de 336 yardas tuvo que embocar únicamente un putt de unos cuatro metros para registrar dos águilas consecutivas para ponerse cinco abajo de par en el día con nueve hoyo más por delante.
Para el campeonato, Ortiz escaló hasta el diecinueveavo puesto con un acumulado de -8 golpes.
