El fisting conlleva riesgos relativos al dolor, al sangrado y a la mayor probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS).
El fisting es una práctica sexual extrema que consiste en introducir la mano en la vagina o en el ano. Si se realiza de forma sana, puede resultar excitante; de lo contrario, puede ocasionar graves lesiones. Por eso es esencial entrenamiento y gradualidad a la hora de practicarla y recibirla”, señalan Monica Branni y Maria Hernando, psicólogas y sexólogas de Platanomelón.
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Estas expertas aconsejan no improvisar el fisting durante el encuentro erótico: “Planificar la experiencia, hablándolo previamente con la pareja sexual, es esencial para pasarlo en grande y establecer un clima cómodo y de confianza”.
El fisting puede implicar la penetración vaginal o anal. Por lo tanto, lo puede practicar cualquier persona, siempre y cuando lo desee y posea una buena técnica y entrenamiento.
Riesgos del ‘fisting’
El fisting conlleva riesgos relativos al dolor, al sangrado y a la mayor probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS). De hecho, es una práctica que requiere paciencia y preparación. Y, sin duda, métodos de barrera y prevención.
De hecho, según una revisión de 14 estudios publicada en el Journal of Forensic and Legal Medicine, el 22% de los encuestados tenían lesiones externas en la zona genital o anal después de practicar fisting y, casi la mayoría de ellos, presentaba traumas internos. No es una práctica fácil en absoluto.
Además, dicen las sexólogas consultadas, “no nos cansamos de repetir que la comunicación es clave para que las personas que disfruten del fisting (y del sexo en sentido más amplio) se sientan cómodas y relajadas”.
Branni y Hernando subrayan que “el fisting es una práctica considerada de alto riesgo, puesto que puede ocasionar lesiones graves cuando se realiza sin conocimiento y entrenamiento. De hecho, las mucosas anales y vaginales son extremadamente delicadas: es posible que algunos vasos sanguíneos se dañen tras practicar el fisting, provocando sangrado y molestias. Esta es una de las razones por las cuales es fundamental utilizar métodos de barrera como guantes y preservativos”.
Las sexólogas recomiendan acudir al médico cuando el dolor y el sangrado persisten varios días.
Las personas que experimentan el fisting lo describen como placentero y excitante. Además, al margen de la intensa estimulación vaginal o anal que se produce, también implica autodescubrimiento y poder: por un lado, quien lo practica afirma haber conocido más y mejor su cuerpo; por el otro, es común sentir una sensación de empoderamiento y que se establezca una dinámica de dominación y sumisión en el juego erótico”, comentan Branni y Hernando.
Desde Platanomelón, “invitamos a cada persona a descubrirse y ampliar su repertorio erótico siempre hasta donde se sienta cómoda y, desde luego, tomando decisiones sanas en cada momento”.