Fue fundado en el siglo XVIII y creció de manera inesperada por la minería
El Pueblo Mágico de El Oro es una de las antiguas glorias mineras del Estado de México. Y aunque su esplendor minero, hace mucho tiempo que se agotó, continúa brillando como destino turístico. Posee señoriales edificios que cautivan la atención de los visitantes y los incita a buscar mayores referencias de su apasionante historia.
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Podrás recorrer sus pintorescas calles empedradas para llegar al tradicional Jardín Madero. Se trata de un apacible lugar, con encantadoras bancas y una densa arboleda, ideal para observar la vida cotidiana de este Pueblo Mágico. En las panaderías colindantes al Jardín Madero, sirven rico café caliente y sabrosos bizcochos.
La cocina local ofrece una excelente barbacoa y carnitas; o bien mole, rojo o verde, con carne de guajolote. Como digestivo prueba una “chiva”, un licor especial que de acuerdo a los lugareños cura el “espanto”.
Ente las artesanías que se ofrecen para compras y recuerdos de viaje destacan la cerámica, los cestos tejidos, los dulces regionales, las esferas navideñas, muebles, orfebrería, pailería, y prendas y objetos decorativos teñidos en lana.