La actividad sexual puede interpretarse como una forma de ejercicio que impacta positivamente en la salud, el bienestar y la longevidad.
Existe la creencia de que practicar sexo antes de una competición deportiva o de hacer deporte perjudica seriamente al rendimiento. La base de esta teoría se centra en la falsa creencia de que la retención del semen en los hombres potencia su fuerza, su resistencia y su virilidad, por lo que su pérdida (a través de la eyaculación) provocaría una disminución pasajera de todas estas facultades físicas, necesarias para rendir mejor tanto física como mentalmente.
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En esta tesis doctoral titulada Actividad Sexual, Deporte y Calidad de Vida Relacionadas con la Salud, de la Universidad de Valladolid, el autor analiza los efectos del sexo en el rendimiento deportivo y estas son sus conclusiones:
Los hallazgos indican que la actividad sexual no tiene un efecto negativo a corto plazo sobre el rendimiento deportivo.
Sugieren la activación del sistema nervioso simpático como un leve efecto potenciador de la frecuencia cardíaca sobre el rendimiento deportivo.
Además. la actividad sexual puede interpretarse como una forma de ejercicio que impacta positivamente en la salud, el bienestar y la longevidad.
La mayoría de los estudios en este campo concluyen que la expresión sexual puede tener una fuerte relación con la calidad de vida y que el posible beneficio de la abstinencia antes de una competición es ambigua, basada en evidencias anecdóticas y no respaldada por la evidencia científica reciente.
La mayoría de los estudios apoyan un posible efecto psicológico positivo en el rendimiento atribuido al aumento del eustrés o, en el peor de los casos, la posible asociación de la actividad sexual con hábitos de vida incorrectos puede tener un efecto negativo.
La satisfacción sexual está directamente asociada a un mayor nivel de calidad de vida mientras que la abstinencia prolongada puede estar asociada a la depresión y a niveles bajos de testosterona y agresión.
La práctica conjunta y regular de ejercicio físico y actividad sexual son herramientas al alcance de todos y con la posibilidad de ser auto-ejecutadas para fomentar la salud y el bienestar de la persona, lo que a priori supondría una mejora directa en la calidad de vida.