El problema de nuestra sociedad es que no se educa
El problema de nuestra sociedad es que no se educa y se prepara para la paz, y mucho menos para enfrentarnos en el mundo real. ¡Terminamos escuchando desde la infancia frases como la ¡selva está afuera! ¡Ten cuidado! ¡La gente es mala! ¡el que no tranza no avanza! La competencia esta fuerte, etc.
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Las mujeres, además de escuchar estas frases durante muchos años, la “sociedad” “sistema” o los “hombres” en un supuesto sentido de protección para algunos y en aras de dominación para otros, nos han puesto en la clásica “burbuja de color de rosa”, en donde se nos dice que esperemos la llegada de ese “príncipe azul” que nos va a rescatar de todos los pesares de esta vida y que no habrá necesidad de batallar con ese mundo salvaje de allá fuera, Porque nosotras como “princesas merecemos lo mejor y que nos “cuiden”.
Pero claro, que cuando alcancemos ese “logro” de la llegada del príncipe azul, tendremos que pagar por ese príncipe, atendiéndole, soportándole, y humillándonos ante él, porque nos mantiene, nos dio hijos, y es el príncipe de nuestro “sueños” ¿seguro que es el de nuestros sueños? o terminaste siguiendo el patrón socialmente aceptable del sistema patriarcal.
Que falsa es esta historia, que mentira y sobre todo que HORROR que durante generaciones y generaciones muchas mujeres hoy en día siguen creyéndolo y peor aún pasan ese mismo patrón a sus hijas.
Es por eso la importancia de cambiar estos patrones, educarnos o mejor dicho reeducarnos en conceptos como, individualidad, autonomía, libertad, paz, solidaridad, colaboración, participación, competitividad, sororidad, compromiso con nosotras mismas, porque antes de ser todos los roles y estereotipos impuestos por una sociedad, somos seres humanos femeninos muy valiosos para el desarrollo de este mundo en todas las esferas que la vida nos puede dar o que nosotras decidámonos cumplir.
Es importante tener conciencia de nuestras fortalezas y una de ellas con las que debemos de empezar es el reconocer que tenemos el poder de ser dadoras de vida. Así es. El poder. Hasta este momento de la historia humana, se requiere de un vientre para generar vida; por lo tanto, podemos decidir si o no ser madres, porque es una decisión no una obligación.
Pero, ¿cómo vamos a cambiar o adquirirlas? Bueno, lo primero como lo comenté en líneas anteriores es saberte con el gran poder de la creación: “Dadora de Vida”; Y eso no está simplemente por el hecho de procrear, sino que toda tu estructura física, mental, emocional, espiritual está hecha para construir, cambiar, desarrollar vida. Es simplemente que amplíes tu campo de acción, que estés clara en tu poder interior y que hay un abanico de posibilidades de actuación para una misma solución, en donde utilizando la estrategia indicada, en el lugar indicado, lograras los objetivos que te propones.
Claro que como todo en la vida; Se requiere de preparación, dedicación, acción, y balance de lo que hacemos en nuestros actos, para luego volver el ciclo de dedicación, acción y balance.
Te lo explico de otra manera:
¿Cuánto tiempo de preparación te llevo ser mujer? Upss. ¿Te preparaste? No te pregunté ¿cuánto tiempo paso para darte cuenta que la sociedad dijo que ya eras una “mujercita, ni te pregunte ¿si sabes cocinar, o si sabes lavar, o si sabes cómo cuidarte en el embarazo o dar a luz? No. ¿cuánto tiempo has invertido para prepararte para ser un ser humano femenino integral, feliz, pleno, cautivadora por tus dones dados desde que naciste?
¿No crees que es el momento de empezar a prepararnos? Nunca es tarde.
¿Cuánto tiempo le dedicas a tu experiencia que estás viviendo como ser humano femenino en este mundo? Sueñas., te apapachas, creas, que haces para ti?
¿Cuándo fue la última vez que activaste tus sueños? ¿Qué activaste un negocio, o activaste un paseo para ti sola, o alguna vez has ido sola algún lado como el cine, parque, restaurante o simplemente a tomarte un café? ¿Y, por último, cuando fue la última vez que has hecho un balance de tus fortalezas, debilidades y puntos de oportunidad en tu vida?
Creo que, como te darás cuenta, hay mucho que activar, practicar y accionar. Generemos pues juntas estrategias para la trasformación de la mujer estereotipada a una mujer guerrera para la vida.