La llamada cuarta ola de la pandemia de Covid-19 ha roto todos los récords históricos de contagios del virus que hasta el momento se tenían registrados, luego de reportar un aumento de más de 2,000% en el número de casos activos sólo en lo que va del 2022; sin embargo, según estimaciones de las autoridades de salud estatales, el pico máximo de esta nueva oleada aún está lejos de alcanzarse.
De acuerdo con los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), con base en lo que se ha observado en oleadas anteriores, tras fechas que detonan el aumento de casos, como las recientes fiestas decembrinas, de fin de año y de Día de Reyes, se espera un repunte sostenido de al menos siete semanas hasta que se alcance el pico máximo, mientras que la entidad está culminando la quinta semana.
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Según estas estimaciones, señala Yuko Nakamura, jefa de la Unidad de Epidemiología de los SSO, aún faltan al menos dos semanas más en las que se seguirán observando aumentos sostenidos de contagios hasta llegar a dicho pico, y de ahí comenzarán a descender, pero esto sólo si la población sigue estrictamente las medidas sanitarias.
“Todavía se esperan más contagios, de acuerdo a las otras oleadas. El incremento ha sido de siete semanas antes de llegar al pico máximo y llevamos cinco viendo este incremento (…) Faltan un par más para llegar al máximo, y de ahí comenzará a descender, dependiendo de que se sigan las medias”, alerta.
Los SSO siguen con la aplicación de pruebas de antígenos, número que pasó, en esta semana que termina, de mil 678 pruebas a 2 mil 124, a las que se suma el 10% de pruebas PCR que se hacen por protocolo de salud.
No vacunados, en mayor riesgo
De acuerdo con los análisis que realiza la dependencia de salud estatal, los datos de este 2022 indican que esta cuarta ola se está ensañando con la población que decidió no vacunarse o que no recibió el biológico.
Nakamura explica, por ejemplo, que en lo que va de este año suman 22 personas que han fallecido como consecuencia de la enfermedad respiratoria y de esas 22 defunciones, 18 corresponden a personas que no recibieron la vacuna, mientras que las otras cinco eran pacientes con esquema completo o incompleto de vacunación, pero que padecían otras comorbilidades que impidieron que se generara la correcta respuesta inmune tras recibir la vacuna.
“Sí vemos una diferencia importante. La vacuna no impide que nos infectemos, pero si hay personas ya inmunizadas, se reduce la hospitalización, las consecuencias graves y las defunciones”, señala.
De acuerdo con la especialista, en esta cuarta ola el grupo etario más afectado es el de jóvenes y adultos jóvenes; es decir personas de 20 a 40 años, seguido de los adolescentes y de los niños. No obstante, a diferencia de las oleadas anteriores, hospitalizaciones y defunciones se han mantenido muy por debajo, pero entre más aumenten los contagios, también incrementarán los casos graves.
Al término de esta semana epidemiológica, que culminó este sábado 22 de enero, por ejemplo, Oaxaca reporta 33.3% de ocupación hospitalaria y 141 camas ocupadas, mientras que suman 16 las defunciones.
Esta diferencia en el comportamiento del virus, explica, se debe al avance de la vacunación que, paradójicamente, desata comportamientos irresponsables en la población, sobre todo los jóvenes, escudados en una falsa sensación de seguridad.
“La diferencia es sustancial. Es muy importante el comportamiento de la población. La infección puede ser más leve en jóvenes porque hay una buena respuesta inmune, pero sí se están contagiando; 48% de las infecciones se da en personas vacunadas”, dice.
Esto es grave, sobre todo porque las defunciones siguen cayendo arriba de los 50 años y alguien con síntomas leves puede llevar la infección a casa y contagiar a un familiar vulnerable.
“A lo mejor a los jóvenes no les da una infección severa y con siete días de reposo salen sin consecuencia, pero si alcanza a personas susceptibles, las consecuencias son otras”, dice.