A Novak Djokovic se le complica tomar parte en el Abierto de Australia que arranca el próximo día 17 en Melbourne, del que todavía es el vigente campeón y que ya ha ganado nueve veces.
Aunque mantiene algunas esperanzas. El tenista serbio, número 1 del mundo, permanece retenido en el Park Hotel del barrio de Carlton, en Melbourne, donde fue trasladado sobre las diez de la mañana del jueves (hora australiana), después de haberse pasado la noche en una de las salas del aeropuerto de Tullamarine. Allí, los agentes de inmigración le interrogaron y finalmente le denegaron el visado con el que pretendía acceder al país, al detectar una irregularidad en la tramitación de la exención médica que le iba a permitir sortear los 14 días de cuarentena obligatorios que debe afrontar cualquier persona no vacunada que llegue a Australia. Nole había conseguido una exención para participar en el torneo, pero ahora su participación está muy cuestionada.
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Su proceso de deportación ya está en marcha, aunque sus abogados han conseguido frenar su deportación hasta que se celebre una audiencia en los juzgados de Melbourne el próximo lunes día 10.
El caso recae en el juez Anthony Kelly, que ya ha comenzado a escuchar a los abogados de Djokovic, quienes aún deben presentar la documentación con la que pretenden frenar la expulsión de su cliente.
“Si la cancelación del visado es válida, eso es un obstáculo insuperable para que el señor Djokovic participa en el torneo”, afirmaba Nick Wood, procurador del deportista.