El consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello ha convertido al Instituto Nacional Electoral en el ariete de lucha ideológica contra el populismo de Morena y del presidente López Obrador, a pesar de que su función legal solo es la de realizar elecciones y no autoerigirse en la catedral de la democracia (neo)liberal.
En sus razonamientos, Córdova ha convertido al populismo en el anticristo del sistema/régimen/Estado mexicano de origen priísta.
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El problema del consejero presidente del INE, sin embargo, radica en una lectura equivocada/parcial/tergiversada de la historia política del México posrevolucionario. Y sus razonamientos forman parte de un raciocinio metodológico académico y sobre todo del modelo de historia política comparada de citas de recorta/pega.
En su gestión como consejero presidente del INE, Córdova ha gastado recursos, tiempo y credibilidad en construir un frente ideológico antipopulista.
Pero el funcionario y su organismo hubieran ahorrado presupuesto y atención si hubiese leído –no releído– el texto clásico de la ciencia política mexicana que estableció una caracterización histórica del modelo político/ideológico mexicano de la revolución y la posrevolución: La ideología de la Revolución Mexicana. La formación del nuevo régimen (editorial ERA), tesis de doctorado de uno de los politólogos mexicanos menos atendido y comprendido: Arnaldo Córdova, padre de Lorenzo.
Publicado en 1973, el ensayo de Córdova rompió con la ilusión de que la Revolución Mexicana había sido una revolución social de calado profundo. Su conclusión fue directa: “he decidido a calificar la Revolución Mexicana como una revolución populista y el régimen político de ella surgido como un régimen populista”, con perfiles reformistas, antirrevolucionaria y promotora del desarrollo capitalista.
Córdoba definió tres rasgos característicos del régimen de la Revolución Mexicana como régimen populista:
1.- Una línea de masas cuyo objetivo esencial era conjurar la revolución social, manipulando las clases populares mediante la satisfacción de demandas limitadas.
2.- El nuevo régimen se fundó en un sistema de gobierno paternalista y autoritario que se fue institucionalizando a través de los años, en él que se ha dotado al Ejecutivo de poderes extraordinarios permanentes que prevén un dominio absoluto sobre las relaciones de propiedad.
3.- El régimen se propuso la realización de un modelo de desarrollo capitalista, fundado en la defensa del principio de propiedad privada y del propietario emprendedor y en la política de conciliación de las clases sociales, obligando a todos los grupos a convivir bajo un mismo régimen político.
El desarrollo del sistema/régimen/Estado desde sus orígenes revolucionarios (el libro La sucesión presidencial en 1910 de Madero, el programa del Partido Liberal y el Plan de San Luis) hasta el modelo político del partido Morena ha mantenido una continuidad histórica que se ha explicado en el modelo politológico del movimiento pendular de los gobiernos posrevolucionarios y los acomodos ideológicos dentro de un marco referencial estricto que fue procesado con precisión por el politólogo Arnaldo Córdova.
La periodización del ciclo posrevolucionario se ha movido a los extremos del populismo y la democracia liberal, sin plantear nuevas definiciones ideológicas.
En este sentido, cierta historiografía revolucionaria ha planteado una continuidad entre la autonomía independentista, el liberalismo capitalista social de Juárez, la modernización porfirista y el modelo económico revolucionario de capitalismo de Estado.
El modelo analítico de Córdova Vianello sobre la caracterización del gobierno de López Obrador responde más a enfoques anímicos que a métodos politológicos de análisis de regímenes e ignora –de manera consciente o inconsciente– la producción teórica que ha tenido siempre a la mano.
El populismo de López Obrador mantiene una continuidad histórica del estudiado por Arnaldo Córdova, se ha ajustado a las reglamentaciones y marcos referenciales democráticos y no se ha salido de las tres características del régimen populista histórico de la Revolución Mexicana.
En este contexto, la crítica de Córdoba Vianello al populismo mexicano carece de metodología analítica y se basa en el desdén intencionado o malintencionado hacia la producción politológica sobre la dialéctica populismo/liberalismo, entre ellas la de Arnaldo Córdova.
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