“…La Verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y entonces confió en la Mentira. Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió doña Mentira, se vistió con las ropas de doña Verdad y se fue. La Verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la Mentira, comenzó a caminar sin ropa y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aún hoy la gente prefiere aceptar a la Mentira disfrazada de Verdad y no a la Verdad desnuda”.
FABULA
Vi con singular atención la participación de Sabina Berman en el programa Valle de Lagrimas – Atypical TV, en redes sociales-, que conducen Tere Vale y Carlos Alazraki, no me sorprendió el que la Señora Berman sea una mujer de izquierda, pues siempre lo ha sido, lo que me sorprendió es el grado de irreductibilidad en el cuestionable desempeño de la denominada cuarta transformación (4T).
Tampoco me sorprenden los cuestionamientos de Tere Vale o Alzaraki que se definen como contrarios a la 4T, ambas partes han mostrado siempre su perfil ideológico de manera honesta en sus posturas, en su síntesis y praxis.
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Lo que me llamó la atención es como no se puede defender lo indefendible de ninguna de las dos partes, ni la 4T está haciendo las cosas del todo bien y por supuesto lo de antes no era bueno y lo que quedo como oposición – si se le puede llamar así- no es opción para una sociedad cansada de los agravios que le propinaron.
No puede ser que se defienda la constante polarización del discurso; se dice que ser de izquierda es ayudar y ver por el que menos tienen, mientras que ser de derecha es querer conservar el estatus quo de las clases dominantes, por lo menos así nos definen a los mexicanos desde el pulpito de las mañanas, en donde a fuerza de todos los días, se alimenta con simplismo ramplón estas teorías.
Fifís frente a chairos, conservadores contra liberales, izquierda versus derecha, neoliberales y progres, son todos puestos en la misma mesa para los efectos de pregonar un enfrentamiento entre bandos, los buenos y los malos, los que defienden al pueblo y los que defienden a los ricos –como si ambas partes no fueran pueblo-; el discurso del enfrentamiento que pretende hacer ver que se están haciendo grandes cambios y que ante esos grandes cambios se dan grandes oposiciones.
Así las cosas se presentan los 30 millones de votos como la base elemental y sustancial de los dichos de la transformación, bajo el manto de los votos se esgrime la teoría de que estos son el aval del pueblo para que se le defienda, para transformar al País en uno con mayores estados de equilibrio, con mejor procuración e impartición de justicia, con una mejor educación y distribución de la riqueza, hacer un México mejor; con ello – los 30 millones de votos-, se avala el discurso del cambio.
por el otro lado el discurso es que se está destrozando a México, se están destruyendo las instituciones que tanto costaron a los mexicanos, falso de toda falsedad; las instituciones estaban ya menguadas por el propio régimen ya no solo priista sino de grupo político que estaba en el poder, la corrupción, la impunidad, la frivolidad en la conducción de las instituciones dejaron muy poco o nada que salvar.
La verdad alcanza a ambos bandos todos los días, y es que los 30 millones de votos no son un aval para hacer lo que sea y como se quiera, esos votos son una composición de fifís, chairos, conservadores y en fin una multiplicidad de personas, pueblo todos, que pidieron a gritos un cambio ante el fraude de la expectativa causada por los neo políticos peñanietistas y el fiasco panista en el poder, pero tampoco significa que esos votos fueran del PRI, PAN o PRD, ni tampoco que vayan a regresar ante el desacuerdo con MORENA y aliados en el gobierno.
Del mismo modo es insostenible el hecho de que la corrupción se combate o más bien hágase la justicia en las barbas de mi compadre, este es el gobierno en el que más adjudicaciones directas, tanto en obra como en bienes y servicios, se han hecho y cuyos resultados ineficientes están a la vista en la concentración de comparas de medicamentos que no se distribuyen adecuadamente y no llegan a todos, también en el cambio del seguro popular a un BIENESTAR que no cubre padecimientos y medicinas que antes si se cubrían y que se echó a andar sin el andamiaje legal, financiero y material necesario.
Cuando menos tres de los Secretarios de Estado que han renunciado han mencionado esquemas de presión, falta de capacidad, imposibilidad de decidir y opacidad en la toma de decisiones que afectaron sus sectores de operación gubernamental; ni que mencionar del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
La brecha de la desigualdad sigue siendo en ambos discursos una deuda con la sociedad y es que el hacer más pobre al que más tiene sin hacer más rico a los pobres, no es generar riqueza y mejora de la calidad de vida, al contrario, es simple y llanamente homologar la pobreza y es que regalar el dinero no genera justicia social y para muestra es que hay casi cuatro millones de pobre más.
En fin, ninguno de los dos discursos genera confianza ni siquiera una mejor esperanza para el año que viene pues, aunque el discurso quiera ser distinto, en el fondo sigue siendo el mismo y viejo desgastado discurso, de un lado y de otro.
CONCLUYENDO
- Transformar un País no es dividirlo en unos y otros, no es ponerse por encima del otro, los 30 millones de votos no dijeron eso; es atender desde el estado a las RAZONES DE ESTADO.
- Transformar un País no es contarles todos los días a los más necesitados que hay fuerzas obscuras que no quieren su mejoría cuando no se hace nada por ellos; lo más sencillo es homologar la pobreza en lugar de generar un estado de bienestar.
- Transformar al País es ser una oposición vigorosa y responsable, que se transforme y oferte verdaderas opciones de cambio y no quieran vivir de un discurso que no encuentra manera de sostenerse por que los resultados de su ejercicio los señalan todos los días.
- No está en duda que los mexicanos queremos un mejor País, más justo y generoso, en que el imperio de la Ley y la Norma sean la piedra de toque de los gobernantes, con instituciones democráticas fuertes.
- Por cierto para todos aquellos ciegos de fe política, hay otra fabula cuya moraleja dice: “No todos los que te cubren de caca son tus enemigos, no todos los que te la limpian son tus amigos y mientras estés cubierto de mierda nunca digas ni pío”. Así las cosas, es necesario que nos horroricemos al ver la verdad, al contrario que esta nos permita exigir un mejor camino y un mejor México para todos.
- FELIZ 2022.