Di sí al sexo durante el embarazo

La actividad sexual estimula la circulación sanguínea y provoca la liberación de endorfinas, que son agentes del bienestar y de la felicidad

Cuando una mujer se queda embaraza le invaden un millón de dudas relacionadas con su estado físico y emocional, entre ellas la posibilidad de tener o no sexo durante el embarazo. Muchas parejas no mantienen relaciones sexuales en esta etapa por desconocimiento o por miedo a posibles daños en el bebé o en la futura madre, sin embargo, la realidad es que no sólo es posible sino también recomendable. El mejor momento para ponerse manos a la obra es, según la experta, en el segundo trimestre, que es el de mayor actividad sexual.

¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA

Es en este periodo “cuando las molestias y el volumen del vientre aún no supone un impedimento para practicar determinadas posturas”. De hecho, según la experta, “muchas mujeres aseguran que es aquí cuando han tenido los orgasmos más intensos al estar libres de las molestias propias de este proceso y tener una zona genital más vascularizada de lo normal, lo que favorece la sensibilidad”. Es importante que los futuros padres conozcan los beneficios de mantener relaciones durante el embarazo, que son muchos y que se hacen patentes tanto en el plano psicológico como en el fisiológico.

La actividad sexual estimula la circulación sanguínea y provoca la liberación de endorfinas, que son agentes del bienestar y de la felicidad”, explica Ramos. Todo ello “contribuye a reducir tensiones y a mejorar el estado psicológico de la madre”.

Como se ha mencionado antes, el segundo trimestre del embarazo suele ser el mejor momento para dedicar al sexo durante la gestación pero ¿cuál es la mejor postura? Según Ramos, todo dependerá de “la forma física de la madre, del peso adquirido y de la pericia de ambos integrantes de la pareja”. En general, no existe una norma sobre las posturas recomendadas por meses “pero sí hay una tendencia espontánea a buscar aquellas que dejen libre el vientre, sobre todo cuando el volumen empieza a ser considerable y que coincide con el comienzo del tercer trimestre”. Así, “las posturas con la mujer de pie o tumbada de lado serán posiblemente las más comunes y practicadas durante la gestación”.

Por el contrario, “aquellas en las que la mujer se apoya sobre las cuatro patas serán, quizás, las menos indicadas ya que en estas posiciones existe una mayor exposición a posibles hemorragias debido a la gran vascularización de la vagina durante el embarazo”. Por ello, en caso de que haya la más mínima pérdida de sangre “se deberá acudir al ginecólogo”. Ramos aconseja mantener relaciones sexuales siempre que se pueda y que el embarazo sea normal. Sin embargo, hay casos de riesgo en los que se desaconseja la penetración.

“Se recomienda la abstinencia siempre que haya habido con anterioridad un aborto espontáneo o amenaza de uno; cuando el cuello de útero no esté cerrado correctamente o se haya practicado un cerclaje cervical; en el diagnóstico de placenta previa y, en el tercer trimestre, ante la amenaza de parto prematuro o embarazo gemelar”.