La testosterona es la hormona sexual más importante del hombre.
Cuando hablamos de testosterona solemos asociarlo con la parte más masculina y sexual del hombre pero la realidad es que tener unos niveles óptimos de esta hormona es clave para otros muchos aspectos relacionados con la salud.
Como explica Francois Peinado, jefe de Servicio de Urología del Hospital Ruber Juan Bravo 39, en Madrid, “la testosterona es la hormona sexual más importante del hombre y es la responsable de las características típicamente masculinas (vello facial y corporal, y desarrollo muscular) pero además ayuda a mantener el impulso sexual, la producción de espermatozoides y la salud de los huesos”.
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La testosterona “está relacionada con una buena salud por lo que se puede atribuir niveles normales con una vida equilibrada”.
Tener unas adecuadas concentraciones de testosterona en sangre “es necesario para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular, del sistema inmunológico, de los huesos y de un equilibrado estatus cognitivo y emocional”, apunta Antonio Hernández Armenteros, médico, especialista en Medicina Estética y autor del libro Testosterona. La hormona de la vida.
¿Dónde se sitúan los niveles óptimos? Según Peinado, “la mayoría de los adultos sanos tienen niveles de testosterona entre 270 y 1,070 nanogramos por decilitro (ng/dL), por lo que 300 ng/dL es el umbral para un diagnóstico bajo de testosterona”. Es importante señalar que estos niveles fluctúan durante el día, es decir, “los más altos están alrededor de las 8 de la mañana y los más bajos sobre las 9 de la noche, razón por la que los médicos solicitan las pruebas de testosterona en las primeras horas de la mañana”, detalla Peinado.
Tener los niveles bajos
Los niveles bajos o hipogonadismo, informa Peinado, “tienen una importante repercusión en la salud del hombre.
El síndrome de déficit de testosterona puede producir muchos síntomas, entre los que se encuentran la disfunción eréctil, una disminución de la frecuencia de erecciones matutinas, baja la libido (descenso de los pensamientos sexuales), alteraciones de la eyaculación, dificultad en conseguir orgasmos, y orgasmos de intensidad reducida”, pero también “puede producir debilidad o pérdida de masa muscular”.
Además, hasta un 35% de los hombres con disfunción eréctil “presentan niveles circulantes de andrógenos bajos o en el límite bajo”.
Aparte de los síntomas sexuales, “los bajos niveles de testosterona pueden ocasionar fatiga, alteración de la concentración, depresión y disminución de la sensación de vitalidad o bienestar”, informa.
Otros síntomas pueden ser “anemia, osteopenia (bajos niveles de calcio en los huesos) y osteoporosis, obesidad abdominal y síndrome metabólico, sofocos, cansancio, un estado de ánimo deprimido y la escasez de pelo corporal”.