Parece que, a 12 meses del último confinamiento por la pandemia de Covid-19, la Ciudad de México convirtió sus espacios de contagio y de muerte en renovados espacios de consagración, pues las calles del Centro Histórico lucen repletas.
En el Zócalo capitalino, donde antes no se podía caminar ante el temor de un contagio de SARS-CoV-2, ahora hay una feria llena de luces y colores con un carnaval de cubrebocas detrás de los cuales se escucha con júbilo las frases “ya era hora”, “qué diferencia de año”, “ya no podíamos más”.
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El año pasado no teníamos para nada que salir. Hoy nos dan una oportunidad (de festejar con una feria) y la estamos aprovechando”, dijo uno de los asistentes a la Verbena Navideña organizada por el gobierno local.
Ahí mismo, en la plaza central, el decano de los negocios del Centro Histórico es la tradicional casa de los sombreros Tardan, uno de los sobrevivientes de la pandemia. Ellos llevan 175 años ofreciendo, de Sonora a Yucatán, gracia y buena sombra. Resistieron una revolución, dos guerras mundiales y la catástrofe económica de bajar la cortina un par de veces en un año por culpa del coronavirus.
Era la incertidumbre, pero salir y ver el Zócalo vacío, salir y ver a nuestros compañeros o a los comercios del lado cerrar, a gente llorando, recogiendo sus cosas porque desafortunadamente ya no pudieron sobrevivir a otro, a otro confinamiento (era perturbador)”, expresó Arturo Conde, gerente de Sombreros Tardan.
No muy lejos de ahí, en Polanco, otro personaje de la ciudad recuerda los días aciagos del cierre decretado del 19 de diciembre de 2020 al 10 de enero del 2021: el emblemático restaurante Arturo’s, el cual pudo mantenerse en pie y, después de iniciar con la reapertura gradual de los comercios y gracias al programa Ciudad al Aire Libre, pudo regresar las sillas al piso, reabrió la cocina y volvió a ofrecer pedacitos de Francia en mesas. Lo mejor de su menú es haber sobrevivido al confinamiento por la pandemia y estar abierto para contarlo, pues vio cerrar 13 mil 500 restaurantes capitalinos y la pérdida de 80 mil empleos directos.
La efusividad que se demuestra tanto de un lado (como dueño) como de otro (de los clientes) es enorme. A mí me dicen, ‘¿cómo estás, Arturo?’ ‘Contento de verlos y de recibirlos’”, dijo Arturo Cervantes, dueño del restaurante Arturo’s.
El bullicio por el regreso a la normalidad se justifica pues la primera semana de diciembre de hace un año, el promedio semanal de casos de contagio era de 10 mil 324, el mismo periodo de este año desciende a dos mil 222 casos. Por ello, del color del semáforo o de las nuevas variantes ni quién se acuerde.
Feria como agradecimiento
Durante la inauguración de la Verbena Navideña en el Zócalo la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, señaló que la feria instalada en la Plaza de la Constitución es en agradecimiento a los habitantes de esta urbe, por su actuación durante la emergencia sanitaria.
Es momento de estar en familia, de reflexionar sobre lo que hemos vivido y, sobre todo, mirar con esperanza el futuro y el porvenir”, dijo Sheinbaum.
También reconoció a los servidores públicos.
Quisiera que diéramos un fuerte aplauso a médicos, enfermeros que siempre pusieron su vida para salvar la de los demás; también a policías, personas dedicadas a limpia en la ciudad y muchos otros trabajadores que también estuvieron al frente de la ciudad siempre”, señaló.