El tifón Rai, que llegó a Filipinas el jueves y salió este sábado del país, ha dejado al menos 31 muertos y más de 328 mil desplazados en la zona central del archipiélago, informó hoy la agencia de desastres.
En su último informe, el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC, siglas en inglés) señaló que de los desplazados solo 2 mil 283 se encuentran en centros de evacuación, mientras que hay 193 localidades sin electricidad y 22 carreteras dañadas.
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Los daños, inundaciones y corrimientos de tierra provocados por el tifón también han cortado las telecomunicaciones en 222 localidades, mientras que hay 22 carreteras afectadas.
El embate del tifón, conocido como Odette en el país y el decimoquinto en llegar a Filipinas este año, ha pasado por unas nueve islas donde ha arrancando los techos y provocado daños en numerosos edificios.
El tifón, que tocó tierra el jueves con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, bajó la intensidad este sábado con vientos de hasta 185 km/h y salió de Filipinas hacia el mar de China Meridional, según la agencia de meteorología PAGASA.
DEVASTACIÓN EN SIARGAO
El corte de carreteras y las inundaciones están dificultando las tareas de los equipos de rescate en islas como la de Siargao, que ha quedado muy dañada debido a las inundaciones.
“Alrededor del 90 % de la población de 180 mil personas se han visto afectadas”, dijo hoy el diputado por Surigao del Norte, Francisco José Matugas, según el canal GMA.
“Todo está devastado. Hasta donde puedo ver, aunque de manera limitada, no veo ningún edificio intacto. Los edificios de cemento no tenían tejado o estaban medio derruidos”, señaló Matugas.
El diputado agregó que el 80 % de los edificios municipales están gravemente dañados, aunque el hospital solo tiene desperfectos leves, y calculó los daños por el tifón en Siargao en unos 20 mil millones de pesos (unos 400 millones de dólares o 356 millones de euros).
Muchas provincias, incluidas Cebu, Bohol y Guimaras, han sido declaradas zonas de desastre debido a los daños sufridos.
En la provincia de Negros Oriental, una ambulancia fue arrastrada hoy por una riada con dos pacientes de 33 y 76 años que aparecieron
muertos cuando el vehículo fue encontrado más tarde.
El conductor y un familiar pudieron salvarse saliendo de la ambulancia y agarrándose al techo, según el diario “Inquirer”.
FALTA DE FONDOS
El viernes, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, afirmó que estaba buscando formas de buscar fondos para hacer frente a la devastación dejada por el tifón, ya que advirtió de que las arcas estatales estaban casi vacías debido a los gastos por la pandemia del Covid-19.
“No estoy preocupado tanto por el daño a las estructuras, infraestructuras del Gobierno. Mi verdadero miedo son que mucha gente puede haber muerto”, precisó el mandatario.
Sin embargo, el presidente del partido izquierdista Bayan Muna, Neri Colmenares, afirmó que un país donde los tifones son tan habituales debería tener fondos reservados para este tipo de desastres naturales incluso en medio de la pandemia.
Además, recordó que Filipinas debe tener dinero después de haber sido el país que más ha pedido prestado al Banco Mundial, unos 3 mil 70 millones de dólares, por encima de otros países como India (2 mil 650 millones de dólares), Indonesia (2 mil 200 millones de dólares) y Marruecos (mil 800 millones de dólares).
Un promedio de 20 tifones azotan Filipinas cada año y el más destructivo fue el supertifón Haiyan, el mayor de la historia reciente de Filipinas y que en noviembre de 2013 golpeó las islas de Samar y Leyte, matando a unas 7 mil personas y dejando a 200 mil familias sin hogar.
Filipinas es uno de los países más vulnerables a la crisis climática debido a los desastres naturales y, además, se asienta sobre el llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona que acumula alrededor de 90% de la actividad sísmica y volcánica del planeta.