2022: Apuntes prospectivos

Inevitable asomarse al futuro, para intentar algo de prospectiva. Mucho ruido, severas contradicciones en el ambiente y las más diversas profecías, obligan a recurrir a cualquier fuente disponible, en busca de señales sobre lo que podemos o debemos esperar para el futuro próximo, por lo menos para el 2022.

Siendo parte de esta economía global, debemos tomar nota de lo que nos dicen diversas organizaciones que estudian los escenarios que enfrenta el mundo en el próximo año. La recuperación en 2021 superó la caída de más de 3.5% del PIB mundial experimentada en 2020. Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB global crecería de 5.9% en 2021 y en 4.9% en 2022; mientras que el Banco Mundial pronostica que el PIB global crecerá de 5.6% en 2021 y en 4.3% en 2022. La OCDE, en una línea similar, espera un crecimiento mundial de 5.6% en 2021 y de 4.5% en 2022. Estos escenarios apuntan a una recuperación más lenta el próximo año, derivada de la normalización de factores, como la inflación, las disrupciones a las cadenas de valor y una pandemia prolongada.

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Por su parte, The Economist Intelligence Unit observa 10 posibles riesgos para el próximo año. Estos son: el empeoramiento de la relación Estados Unidos – China y consecuentemente de la economía global. En segundo lugar, un endurecimiento de la política monetaria en EUA. En tercer lugar, el colapso inmobiliario en China que provocaría una desaceleración económica en ese país. En cuarto, para países como México, la alta inflación que podría descarrilar la recuperación en los mercados emergentes. En quinto, surgen nuevas variantes de Covid-19. En sexto, un malestar social derivado de los confinamientos e incertidumbre. El séptimo un escalamiento del conflicto entre China y Taiwán y como octavo, un empeoramiento de la relación entre UE y China. El noveno se refiere a sequías y climas extremos que provocan hambrunas y, por último, como décimo, una ciberguerra que se ve como un escenario probable a medida que la digitalización se expande.

El banco de inversión UBS también aventura datos interesantes, al señalar que existirán cinco sorpresas en el mercado para 2022. La primera es el aumento de la inflación que se vuelve estructural. Esta se encuentra provocada por las demandas nacionales reforzadas por los grandes estímulos contra la pandemia; las disrupciones de cadenas de valor y el cambio demográfico. La segunda es la fragilidad de la industria digital: esto ya se ha visto evidenciado por la crisis de chips, pero fenómenos globales como una tormenta solar en 2022 pueden provocar fallas recurrentes en las telecomunicaciones satelitales. En tercer lugar, los inversionistas adoptan riesgos más elevados en medio de los cambios de política monetaria. En cuarto, los esfuerzos de China y EUA por crear impuestos a la propiedad se vuelven más expandidos. La quinta sorpresa será la manera en la que China logre controlar la crisis de bienes raíces, una industria cuyas inversiones se encuentran en todos los sectores del país.

Para México, es pertinente señalar que los pronósticos de crecimiento de algunas organizaciones, como las citadas anteriormente, no coinciden con los que se plantean en el Paquete Económico 2022. Los parámetros con los que se elaboró el Presupuesto de Egresos esperan un crecimiento de 4.1% en 2022, una cifra similar a la que el Banco Mundial estimaba en junio. Organizaciones como el CEESP han criticado que las proyecciones del PEF no se han ajustado al contexto económico presente. En cambio, el pronóstico actualizado de las organizaciones internacionales sobre el crecimiento de México para 2022 será de 2%, según la OCDE; 2%, según el FMI y 3.4% según Fitch Ratings.
En los pronósticos de riesgos de Deloitte para México, las industrias exportadoras, claves para la recuperación en K han enfrentado la escasez de chips y seguirán en riesgo durante 2022. De la misma manera, el sector exportador en México no está aprovechando la sustitución del comercio con China en el contexto del conflicto comercial con EUA. Asimismo, tasas de interés cada vez más elevadas en 2022 harán que el acceso a crédito se complique para las empresas. Estas tasas serán la respuesta de corto plazo para la inflación de 7.3% que INEGI reportó esta misma semana.

El endeudamiento y la expansión fiscal se mantienen en líneas conservadoras, pero los problemas se muestran cuando se analizan las variables de referencia del Paquete Económico 2022 y las asignaciones a proyectos poco productivos.
Mas allá de estos pronósticos, siempre interesantes, a mí me preocupan cinco temas que bien podrían ser considerados macro amenazas que, de materializarse, podrían dar al traste con todo…o casi con todo. Estos son, la violencia y el crimen organizado como un solo tema, PEMEX y su influencia en las finanzas públicas, el desmantelamiento institucional, la inflación y el entorno electoral con miras al 2024. Veamos algunos detalles de cada uno de ellos.

La primera amenaza, la violencia y el crimen organizado, cerró en 2020 con 43,271 homicidios, la pandemia redujo la tendencia creciente de homicidios, pero estos se recuperarán al cerrar 2021. La cifra más reciente es la de octubre pasado con 36,722 homicidios en 2021 con un promedio de 3,670 asesinatos mensuales. La violencia, según datos del Índice de Paz en México del Instituto para la Economía y la Paz le costó a México 22.5 % del PIB en 2020. Además de estos perniciosos y lamentables efectos, preocupa la forma en que el crimen organizado pareciera adueñarse de territorios y de poder político.

La segunda amenaza, que podría desequilibrar las finanzas públicas, se refiere a la reestructuración del Presupuesto de Egresos para favorecer proyectos poco productivos. En el caso más preocupante y relevante, el de PEMEX, estas transferencias se han realizado como asignaciones provenientes del presupuesto de la Secretaría de Energía y de Hacienda, más que proveniente de la estructura de ingresos de PEMEX. La caída en la calificación crediticia de PEMEX durante 2019 y 2020 estuvo correlacionada con la baja calificación de la deuda de México. De la misma manera, otros proyectos del sexenio como el Nuevo Aeropuerto o la Refinería en Dos Bocas continuarán a pesar de los cuestionamientos sobre la vigencia de estas inversiones en la recuperación económica de México.
En cuarto lugar, el desmantelamiento de las instituciones que han sido parte importante de la modernización de México, sigue constituyendo una preocupación seria. Preocupa que lo que pasó con el Instituto de Evaluación Educativa o el Consejo de Promoción Turística, alcance al INE, al Instituto Federal de Telecomunicaciones o el de Competencia Económica. En el PEF 2022, el INE enfrenta una reducción del 20% en sus ingresos respecto a la propuesta de la SHCP. En 2022 veremos si la reforma eléctrica llevará a la desaparición de los órganos reguladores de energía CNH y CRE.

Por último, cabe apuntar que es de esperarse un recrudecimiento de la lucha por el poder en la medida que la sucesión presidencial se acerque, no solo por parte de los partidos que se disputarán las principales candidaturas, sino de manera muy especial, lo que suceda al interior de MORENA, en donde claramente se aprecian ya fisuras y zancadillas.

Nada está escrito ciertamente, si atendemos a las cifras de votos captados por cada una de las opciones políticas, en relación con los votos potenciales totales y si observamos el fenómeno que se presentó en las zonas urbanas (en especial en la CDMX) en donde cambiaron las relaciones de poder entre las diversas fuerzas políticas.
Y también deberemos observar cuidadosamente las posibilidades reales que tendría una alianza opositora, ante las recientes deserciones como las de Movimiento Ciudadano. En fin, mucho que observar hacia el futuro. Ojalá que sirvan de algo estos apuntes prospectivos.

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