Tener hijos y buen sexo: ¿una combinación imposible?

En el momento en el que una pareja decide tener hijos, su vida da un vuelco integral que afectará a todos los ámbitos de su vida.

Además de que el tiempo que tenían para ellos mismos y su relación queda reducido al mínimo, las cuestiones vitales que surgen cuando se forma una familia provocarán más de un conflicto entre los padres.

“El sexo comienza antes de meterse en la cama”, recuerda la especialista, por tanto, es fundamental tener una relación de pareja sana para que los problemas sexuales no permeen tanto como para socavar la base de la relación cuando aparecen cambios o conflictos.

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Según la sexóloga, precisamente porque la gente no suele cuidar sus relaciones, revierte en sus problemas en el dormitorio.

Sánchez reconoce que siempre hay parejas con mucha química sexual a las que les va bien aunque “hayan tenido una bronca” pero “son las más que las menos”. Por mucho que se hable de los beneficios del sexo de reconciliación, lo normal, dice la sexóloga, es que la gente se vea incapaz de tener sexo tras una discusión.

Pautas para conciliar sexo y familia

Repartir tareas y negociar todo: La especialista indica que existen muchos estudios que demuestran que, con la llegada del primer hijo, las parejas más igualitarias se tradicionalizan: la mujer carga con el grueso de las tareas domésticas y el hombre no lo percibe.

“Se trata de mujeres educadas en relaciones igualitarias, por eso se sienten fatal consigo mismas al descubrir que están adoptando roles tradicionales y eso les quita las ganas de tener relaciones sexuales”, razona la experta.

Esto puede darse, tanto porque la mujer está agotada física y mentalmente y se siente incapaz de practicar sexo, como por una suerte de “venganza”. Sánchez reconoce que cada vez encuentra más este caso en su consulta, algo muy pernicioso para la relación.

Aunque esta situación es más propia de la mujer, también puede darse en un hombre que lleve más el peso de la casa o del cuidado de los niños.

Según la experta, la solución está en repartir todas las tareas de forma igualitaria.

“A veces hay hombres que me preguntan con ironía que si por lavar los platos van a tener más sexo… Pues hay que decir que es probable que sí: todo ayuda”, bromea la sexóloga.

Sánchez asegura que muchas parejas abandonan la terapia cuando propone una parrilla de reparto de tareas.

“Sus caras de escepticismo son clamorosas porque no imaginan que acudir a un sexólogo por una carencia de deseo significa tener que negociar quién friega los platos”.

La experta recuerda una evidencia: tener buen sexo dependerá mucho de cómo se sienta cada miembro dentro de la pareja.

La clave está en negociar todo desde el primer momento, algo nada sencillo. “Es importante recordar que hay trabajos que hace el hombre que son invisibles (llevar el coche al mecánico o a pasar la ITV, por ejemplo) y que las mujeres no aprecian. Por eso hay que poner todo lo que se hace sobre la mesa”, apunta.

Buscar tiempo para los dos: “En mis años de experiencia como sexóloga, atendiendo a muchas personas y parejas, he llegado a la conclusión empírica que las personas que han visto a sus padres abrazarse, besarse y que dejaban intuir unas buenas relaciones sexuales, suelen tener una vida sexual más sana y saben afrontar mejor las situaciones problemáticas en el ámbito sexual y de pareja”, explica Sánchez.