Los talibanes negaron este domingo haber perpetrado asesinatos de exmiembros de las fuerzas de seguridad afganas tras su retorno al poder, como señalaron la víspera Estados Unidos, sus aliados occidentales y organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Esta información no se apoya en ninguna evidencia. Por lo tanto, la rechazamos”, indicó el portavoz del ministerio del Interior del gobierno talibán, Qari Sayed Khosti, en un video enviado a la prensa.
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El vocero talibán reconoció que hubo casos de asesinatos de exmiembros de las fuerzas de seguridad del gobierno derrocado durante el verano boreal pasado, “pero a causa de rivalidades o enemistades personales“.
Si disponen de documentos y pruebas, deberían mostrárnoslos”, añadió dirigiéndose a los occidentales.
El funcionario consideró “injusto” acusar a los talibanes de estos asesinatos.
Khosti recordó que los talibanes, tras su regreso al poder, decretaron una amnistía general para todas las fuerzas de seguridad del régimen anterior.
Muchos de ellos “viven tranquilamente” en el país gracias a esta amnistía, a pesar de que “mataron a centenares de combatientes [talibanes) y civiles” durante estas dos décadas de guerra, aseveró.
El sábado, Estados Unidos y otros veinte países, entre ellos el Reino Unido y Japón, al igual que la Unión Europea (UE), manifestaron estar “profundamente preocupados” por las “ejecuciones sumarias” de exmiembros de las fuerzas de seguridad por parte del régimen talibán, que fueron reveladas por organizaciones de defensa de los derechos humanos, y solicitaron abrir investigaciones de inmediato.
Esta semana, la ONG Human Rights Watch (HRW) publicó un informe que documentaría “que 47 exmiembros de las fuerzas nacionales de seguridad afganas, que se rindieron o se encontraban detenidos por los talibanes, desaparecieron entre el 15 de agosto y el 31 de octubre”.