Gracias al impulso de Estados Unidos, la economía en México va a lograr repuntar 5.9% durante 2021, luego de caer más de 8% el año pasado.
La actividad nacional, medida con el Producto Interno Bruto (PIB), va a seguir creciendo en los siguientes años: 3.3% en 2022 y 2.5% en 2023, estimó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
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En medio de la pandemia de Covid-19, el consumo se va a beneficiar de una mejora gradual del mercado laboral y el proceso de vacunación, mientras la inversión cobrará fuerza por los proyectos de infraestructura y la menor inflación para los años siguientes.
“Si la recuperación se tambalea o la pandemia se reactiva, tanto el gasto en protección social como la inversión pública tendrán que aumentar aún más, retrasando la reducción gradual del déficit fiscal”, indicó el panorama económico de la OCDE.
“La política monetaria deberá endurecerse gradualmente si la inflación no converge hacia el objetivo de 3%”, esto significa “actuar en forma más decidida para reducir la inflación”, agregó.
Sugirió hacer más eficiente el gasto público, aunque implique una reducción de personal y menores subvenciones.
La organización que encabeza el australiano Mathias Cormann pronosticó que la economía global va a expandirse 5.6% durante 2021, 4.5% en 2022 y 3.2% en 2023.
En el caso particular de Estados Unidos, la economía más grande del mundo y principal socio comercial de México, proyecta que el PIB avance 3.7% en 2022 y 2.4% en 2023. En tanto, los países de la eurozona van a alcanzar tasas de crecimiento de 4.3% y 2.5%, respectivamente.
China va a alcanzar una expansión productiva de 8.1% en 2021 y tasas de 5.1% tanto en 2022 como en 2023. India logrará crecer 9.4% este año, 8.1% en 2022 y 5.5% en 2023. En Brasil se calcula un avance de 5% durante este año, 1.4% el próximo y 2.1% en 2023.
“La economía mundial prosigue su recuperación, al igual que el comercio, el empleo y los ingresos. No obstante, se trata de una reactivación desequilibrada, en el que las realidades económicas que afrontan distintos países, empresas y personas difieren enormemente”, señala la OCDE.
Desde su perspectiva, la actividad global puede enfrentar interrupciones en la recuperación del empleo y van a seguir las presiones inflaciones, sobre todo en alimentos y energéticos.
“Se mantienen significativos riesgos en las proyecciones” como un posible surgimiento de variables del Covid-19, lo que puede afectar la reapertura.
Ante esto, sugirió adoptar políticas que equilibren las circunstancias actuales, sobre todo ante las presiones inflacionarias, la pandemia y las restricciones de oferta que se registran.
“Las mejoras recientes también ocultan cambios estructurales, que harán que algunos sectores, empleos, tecnologías y comportamientos no retomen sus tendencias anteriores a la pandemia”, explicó el organismo.