La Auditoria Superior del Estado, autonomía desviada

  • Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá.
  • Frase del poeta romano Quinto Horacio Flaco
La Auditoria Superior del Estado, autonomía desviada

El combate a la corrupción sigue siendo uno de los grandes temas pendientes de resolver en México, no solo en el servicio público también en el ámbito de lo privado. El aforismo de López Portillo de “la corrupción somos todos” sigue vigente, no es quitarle culpa a unos o restarles responsabilidad a otros, este aforismo muestra con gran claridad una tristísima realidad en la que todos en mayor o menor medida participamos.

La fiscalización de los recursos públicos en nuestro País es una lucha de larga data; desde el siglo XIX se creó la Contaduría Mayor de Hacienda y para el año de 1999 se publican las reformas Constitucionales en el Diario Oficial de la Federación que crea la Auditoría Superior de la Federación, con la instrucción de que las entidades de la República realizaran las reformas respectivas a su marco legal para que crearan sus Órganos de Fiscalización.

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Cabe resaltar que inicialmente los Órganos de Fiscalización (OF´s), eran independientes del Poder Ejecutivo y contaban con autonomía técnica y de gestión vinculándose solo con el Poder Legislativo por medio de las Comisiones de Vigilancia de este como elemento de coordinación y evaluación de su actuar el cual debe ser apegado a la legalidad por parte de los OF´s.

En San Luis Potosí, la Auditoría Superior del Estado (ASE) se creo en el año de 2006, siendo su primer Auditor el CPC Héctor Vicente Mayorga Delgado, contador reconocido y con la experiencia de haber sido titular de la Contaduría Mayor de Hacienda en dos ocasiones, la Auditoría se integró con los elementos que ya existían en la Contaduría Mayor. El Contador Mayorga realizó un buen trabajo y entregó buenas cuentas, pero la oposición de Fernando Toranzo no le permitió reelegirse en el puesto y dimitió.

Lo que continuo en la Auditoría es de tristes recuerdos primero un titular cuyo estado de salud físico y mental ocasiono y derivo en un descontrol en el personal de la Auditoría, aprovechando algunos para realizar actos de los que la prensa y la sociedad ha dado cuenta como pagos de cenas, asesores para líderes de Partidos y Diputados, facturas alteradas y varias más.

No conforme con esto se permitieron reformas regresivas en la ASE, quitándole la autonomía convirtiéndola en un órgano técnico del Congreso del Estado, entre otras linduras.

Este último tramo de gestión de la ASE no ha sido diferente, en la entrega de informes el Congreso del Estado no los aprobó y se los regreso debido a que no cumplían con lo que la Ley estable en materia de fiscalización de recursos públicos y es que la Auditoría presentó informes en los cuales no dio seguimiento a diversas denuncias ciudadanas realizadas, ejecutó principios de fiscalización distintos a entes fiscalizables iguales, no fiscalizó fondos bajo el argumento de que eso lo hizo la Auditoria Superior de la Federación, entre otros aspectos.

Esto ha traído como consecuencia la evaluación al desempeño de la actual titular y el rumor en los pasillos de que es inminente su salida.

CONCLUYENDO

  1. Estoy convencido de que se debe revisar a fondo la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas, para reformarla o crear una nueva que contenga principios claros de fiscalización en tiempo real por medio de la auditoría preventiva o predictiva.
  2. Regresarle la autonomía plena a la ASE y fundamentar la génesis de responsabilidades desprendidas de la fiscalización superior, la aplicación de sanciones y la denuncia ante las instancias respectivas.
  3. La ASE debe ser el elemento fundamental en el Sistema Anticorrupción no una parte más.
  4. Su titular debería de ser electo con la participación ciudadana en un ejercicio democrático con carácter independiente y representativo y no por el Congreso del Estado.