Existen muchos tipos de relaciones sexuales. Esto es así porque cada persona tiene una forma diferente de disfrutar de uno mismo o de la pareja, en relación al sexo. La edad, el deseo, la salud física y la situación mental son muchos algunos de los factores que influyen en el éxito o no de los encuentro sexuales. Centrándonos en el hombre, habrá veces en las que eyacule, veces en las que no y en otras en los que en un mismo encuentro sexual se produzcan varias eyaculaciones, todo dependerá del tiempo que tarde el hombre en recuperarse tras la primera eyaculación. Este periodo de tiempo es lo que se denomina periodo refractario.
Como explica Francois Peinado Ibarra, profesor de Urología de la Universidad Europea de Madrid y Jefe de Servicio de Urología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo 39, en Madrid “es el período entre una eyaculación y el comienzo de la erección siguiente”. Y esto se produce porque “tras la eyaculación y el orgasmo, el hombre necesita un período de relajación en la que no puede tener de nuevo erección para reiniciar su actividad sexual”.
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La respuesta sexual humana, según indica Antonio Murillo, sexólogo y miembro del psicólogo sexólogo, coach sexual y responsable del Grupo de Trabajo de Psicología, Sexología y Pareja de la Delegación de Córdoba del Colegio Oficial de la Psicología de Andalucía Occidental, “comprende las fases de: deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución. La fase de resolución consiste, básicamente, en la pérdida de la tensión sexual, o retorno a las pautas del estado de no excitación”.
En la mujer “es más normal que, si se continúa con la estimulación una vez alcanzado el orgasmo, pueda volver a orgasmar de nuevo, desde la fase de resolución; incluso podría orgasmar varias veces, con la estimulación adecuada”. Tal y como indica Carlos Balmori, Urólogo y Especialista en Medicina Sexual Reproductiva y Regenerativa y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, “en la mujer el período refractario es algo diferente ya que en ellas es más fácil enlazar orgasmos en muy corto espacio de tiempo. La principal característica del período refractario en la mujer no es el estado de sopor y evitación que caracteriza al varón, sino la hipersensibilidad del clítoris”.
En el hombre, por el contrario, “la sensación que produce la vuelta al estado normal es de relajación en todo el cuerpo, la sangre abandona la zona genital, los genitales vuelven a su tamaño y posición original, la respiración se calma y la tensión arterial vuelve a su nivel normal”.
Por estos motivos, en este periodo refractario “el hombre no puede responder a ningún estímulo sexual, es incapaz de tener una nueva erección”, indica Murillo.
Factores que influyen en el tiempo de recuperación
La duración del período refractario no es igual en todos los hombres, de hecho varía mucho de uno a otro. “Puede variar desde unos minutos a varias horas, incluso un día o más para hombres de más edad. Y también existen hombres que, en ocasiones, no experimentan período refractario”, señala Murillo.
La realidad es que este tiempo de recuperación “aumenta con la edad y con un estado de mala salud o baja forma física”.
“A medida que se envejece, el período refractario aumenta necesitando un mayor tiempo de calma para reiniciar la actividad sexual”, apunta Peinado quien, además de la edad, añade otro factor que influye en la duración: la experiencia sexual.
“Los jóvenes pueden tener períodos refractarios muy bajos por lo que pueden conseguir volver a tener una erección de forma rápida tras haber eyaculado; con el envejecimiento, los hombres necesitan más tiempo para recuperarse y reiniciar la actividad sexual”, explica. En hombres con gran actividad sexual, “se puede controlar ese período refractario en algunos casos”.
En general, según apunta Peinado,“la media de duración podría establecerse entre 10-20 minutos”, aunque, como se ha comentado, “variará mucho según la edad del paciente, el deseo, la experiencia sexual y si hay enfermedades como puede suceder en hombres mayores de 50 años”.
Y es que, este declive suele ir acompañado por otros síntomas como la disminución del deseo sexual, de las erecciones matutinas o de la duración de las erecciones. Todo ello relacionado con la disminución natural de los niveles de testosterona que se produce con el paso de los años. Otros factores que pueden influir en la rápida recuperación tras una eyaculación son la salud cardiovascular, ser fumador, beber alcohol o tener un índice de masa corporal elevado.
Consejos para disminuir el periodo refractario
Según los expertos consultados por CuídatePlus, se pueden dar consejos para acortar, si se desea, ese periodo refractario. Al depender de muchos factores, como se ha mencionado antes, se podrá actuar sobre el deseo del hombre pero también es importante “estar sano, conocerse tras haber experimentado con la masturbación y participar más con la pareja a través de juegos o de excitación específica”, apunta Peinado.
Otros consejos son “llevar un estilo de vida saludable, incluyendo alimentación sana, no fumar, evitar beber alcohol, hacer ejercicio y procurar eyacular lo menos posible aproximadamente 24 horas antes de mantener relaciones sexuales”, añade Murillo.
Además de esto, es importante saber que existe el efecto Coolidge, un efecto que se da en casi todas las especies de mamíferos, tanto en machos como en hembras. Como explica Murillo, “este efecto consiste en un aumento de la disposición a mantener relaciones sexuales ante la presencia de nuevos compañeros receptivos. Es un fenómeno por el cual el periodo refractario post-eyaculatorio se ve reducido o eliminado si se encuentra disponible una nueva compañera sexual”.
Tal y como explica Balmori en su Unidad de Medicina Sexual, “en determinados estudios científicos se colocaron ratones machos que copulaban con una serie de hembras hasta quedar exhaustos, sin embargo al introducir una nueva hembra, sacaban fuerza de flaqueza para volver a copular. Una explicación a esta situación viene dada por la aparición de adrenalina y dopamina ante estímulos nuevos, que contrarrestaría el efecto que producen sustancias como la serotonina, liberada tras la eyaculación. La serotonina produce alteraciones del orgasmo, problemas de erección y alargamiento del período refractario”.
Otra sustancia que se ha relacionado con el período el refractario es la prolactina, en estudios con humanos, “se ha comprobado que hay una gran variabilidad en los niveles posteyaculatorios de prolactina, siendo mayores en los que tienen un período refractario más largo”, apunta Balmori.
Aún con estos consejos, Murillo cree que no hay que obsesionarse con la eyaculación. Para él, “lo más importante es tener en cuenta que la calidad de las relaciones sexuales se basa en el disfrute, en la sensualidad, en tener complicidad para compartir momentos y experiencias; no en cumplir objetivos de tiempo o número de eyaculaciones, ni en compararse con otras personas ni batir marcas que no satisfacen a nadie”. Y, sobre todo, “que una sesión de sexo no tiene porqué terminar cuando el pene se queda flácido, que el sexo se hace con todo el cuerpo, con la mente y con el alma”.