El octavo asalto de la pelea estelar entre Mario Martínez y Julio César Chávez marcó un antes y después en sus trayectorias boxísticas. El 13 de septiembre de 1984, el Auditorio Olímpico de Los Ángeles vio al veterano caer ante el sonorense, quien sorprendió al mundo y que, a partir de ese momento, forjó un camino bañado de gloria.
El Azabache, como es apodado, habló con Excélsior sobre la pelea en la que Chávez saboreó su primer título mundial en la categoría de superpluma y él cargó con la sombra de la derrota que no lo deja.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
La verdad es que yo era el favorito, pero Julio (César Chávez) fue mejor. Peleó muy bien, con mucha determinación, la que yo no tuve y terminó siendo un digno campeón del mundo. Él dominó prácticamente los 12 rounds y fue consistente durante el combate aquella noche”, explicó.
Con golpes de izquierda y derecha, Chávez sacudió al Azabache, mandándolo inimaginablemente a la lona. La excesiva confianza de Mario le jugó en contra para terminar con un tropiezo a cuestas y siendo recordado como el boxeador que catapultó a Julio César como una próxima figura del pugilismo.
En ese momento me dolió mucho esa derrota. Yo venía muy bien, con un boxeo sólido, pero quizás me confié y me ganó bien, tengo que aceptarlo. Lástima que quedé marcado con esa pelea y fui su trampolín, porque de ahí, él subió como la espuma”, aseveró.
Para El Azabache Martínez, el recuerdo de ese enfrentamiento azota su mente constantemente. De poco vale su choque y triunfo ante Azumah Nelson, y sus cuatro intentos por buscar el título mundial, siempre será el testigo estelar del éxito categórico del multicampeón JC Chávez.