El número de muertos confirmados por la explosión de un camión cisterna cargado de combustible el pasado 5 de noviembre en la capital de Sierra Leona, Freetown, aumentó de 115 a 144 en los últimos días, informaron este domingo a Efe fuentes oficiales.
“Tenemos ahora un total de 144 muertos y 57 hospitalizados, 11 en condición muy crítica”, dijo a Efe el director de comunicaciones de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres de Sierra Leona, Mohamed Lamrana Bah.
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La explosión se produjo el pasado día 5, cuando un camión que se disponía a abastecer de combustible a una estación de servicio fue golpeado por un remolque y varias personas que residían cerca, así como conductores de moto-taxis, se acercaron con cubos y bidones para recoger el carburante antes de que el vehículo explotara.
La práctica de extraer el combustible derramado de camiones accidentados es habitual en algunos países de África, a pesar de ser una práctica peligrosa.
Muchos de los heridos sufrieron graves quemaduras y, para ayudar en la asistencia, hasta Sierra Leona se desplazaron tanto doctores locales que se encontraban en el extranjero como profesionales sanitarios del vecino Senegal.
El país del África occidental recibió también apoyo internacional en forma de suministros médicos, especialmente de parte de la Organización Mundial de la Salud (6,6 toneladas de material) y de parte de Emiratos Árabes Unidos (15 toneladas).
El pasado lunes, el presidente de esta nación de África occidental, Julius Maada Bio, declaró tres días de duelo nacional y acudió a un servicio inter-religioso para honrar la memoria de los fallecidos, la mayoría de los cuales recibieron sepultura ese día.
En esa ceremonia también participaron otros altos funcionarios del Gobierno y muchos de los familiares que perdieron a sus seres queridos en este accidente.
El día posterior a la explosión, Mohammed Mukhier, director en África de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), describió el incidente como “desgarrador” para un país que aún tiene recuerdos de otros desastres como los deslizamientos de tierra de 2017 (más de 1.000 muertos) o la epidemia de ébola entre 2014 y 2016 (que mató a casi 4.000 personas sólo en Sierra Leona).