Muchas veces, cuando tenemos tiempo libre, decidimos hacer las mismas cosas que siempre hemos hecho. Nos sentamos en frente de la tele para ver novelas, nos tomamos siestas, comemos porquerías. Raramente intentamos cosas nuevas. Pero, ¿por qué? La mayoría de las personas no quieren probar cosas nuevas porque tienen miedo de intentarlo. Piensan que algunas cosas les vienen naturalmente, mientras que otras simplemente no son posibles para ellos. Eso no es verdad. Claro, algunas personas son mejores en algunas cosas, pero eso es porque trabajaron duro para mejorarlas.
Las personas con una “mentalidad fija” o personas que creen que sus cualidades básicas, como su inteligencia o talento, son simplemente rasgos fijos y pasan su tiempo documentando estos rasgos en lugar de desarrollarlos, tienen demasiado miedo de probar cosas nuevas. Por ejemplo, cuando mi mamá acababa de comenzar el camino para ser una nadadora (llegó a convertirse en campeona mundial), pensó que nadar no era algo natural para ella. Pero, en lugar de darse por vencida, entrenó y entrenó hasta que se convirtió en la mejor. No sean como las personas con mentalidad fija. No tengan miedo de probar cosas nuevas, nada malo sucederá si lo intentan.
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Con demasiada frecuencia dejamos que el miedo a lo desconocido nos detenga. Pero salir de nuestras zonas de confort es realmente bueno para nosotros. Intentar cosas nuevas no solo nos ayuda a vencer esos temores, sino que también nos permiten expandir nuestras mentes y aprender, tanto sobre lo nuevo que estamos intentando como sobre nosotros mismos. Los estudios han demostrado que cuando intentamos cosas nuevas, ponemos a nuestro cerebro en situaciones únicas que los obligan a pensar realmente. Esto estimula la creatividad, que eventualmente se contagia en otras áreas de tu vida. Como resultado, comienzan a pensar en todo bajo una nueva luz. Prueben más cosas y estén más abiertos a cosas diferentes para tener éxito y vivir una vida plena y divertida. No dejen que “no” y “no puedo” definen sus existencias. Abracen cosas nuevas con los brazos abiertos y el positivismo, porque nunca saben a dónde podría llevarles una tarea que parece aterradora.
Por ejemplo, mi papá empezó a tomar clases de guitarra durante la cuarentena porque tenía más tiempo, mientras que antes siempre estaba ocupado con el trabajo.
En cuanto a los viejos pasatiempos, se ha demostrado que realizar actividades placenteras en realidad ayuda a aliviar el estrés. Ayuda a hacer esto manteniéndoles involucrados en algo que disfrutan. Los pasatiempos les brindan una forma de distraerse del estrés de la vida cotidiana. Les permite relajarse y buscar placer en actividades que no están asociadas con el trabajo, las tareas domésticas o, en este caso, la pandemia. Los pasatiempos les ayudan a ser más pacientes. Durante este tiempo incierto, necesitamos todas las distracciones que podamos obtener para no preocuparnos por pagar facturas o poner comida en la mesa. Yo, por ejemplo, he estado horneando más porque tengo todo este tiempo en mis manos.
En resumen, intentar cosas nuevas y hacer pasatiempos que no han tenido tiempo de hacer son fundamentales para sobrevivir durante esta pandemia. Al hacer estas cosas, no solo conquistamos nuestros miedos durante estos tiempos oscuros, sino que también nos relajamos al hacer cosas familiares que amamos.