Un barco humanitario alemán con más de 800 migrantes rescatados a bordo navegaba el domingo hacia Sicilia tras recibir permiso de las autoridades italianas para atracar, después de varios días de espera en el mar.
La organización Sea-Eye dijo que a su barco Sea-Eye 4 se le había asignado el sábado por la noche el puerto de Trapani, en el oeste de Sicilia.
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Sea-Eye dio las gracias en un tuit a la Guardia Costera italiana tras obtener autorización para utilizar Trapani como puerto seguro.
En torno a la mitad de los migrantes fueron rescatados unos días antes de un barco de madera que hacía aguas y trasladados al Sea-Eye 4, que ya tenía unos 400 pasajeros rescatados en diferentes operaciones en el Mediterráneo.
El Sea-Eye 4 recibió el sábado una entrega de alimentos y mantas mientras esperaba a saber dónde podrían desembarcar los migrantes.
El Sea-Eye 4 puso rumbo a la isla italiana sureña de Lampedusa tras el último rescate el 4 de noviembre. Pero el centro para migrantes rescatados en el mar y llegados al puerto de la pequeña isla sufre un hacinamiento crónico.
Entre los pasajeros del buque había varios menores, incluidos niños de menos de 10 años, y cinco mujeres embarazadas. Los médicos en el barco atendieron a 25 personas por hipotermia, mareos y alta tensión, además de lesiones que los médicos consideraban consistentes con torturas sufridas durante su huida.
Las mantas y la comida fueron proporcionadas por Mission Lifeline, una organización con sede en Dresde, Alemania, que dijo que más de 200 ciudades y pueblos alemanes habían expresado su disposición a recibir migrantes.
El número de personas que emprende la peligrosa travesía por el Mediterráneo central subió este año a más de 54.000. Aunque es una cifra mayor a la de los últimos años, sigue muy por debajo de los datos entre 2014 y 2017, cuando entre 120.000 y 180.000 personas llegaban a Italia por mar, a menudo en endebles embarcaciones de contrabandistas.
