Cómo cuidar un rosal para que dé muchas rosas y “nunca” se marchite

El primer paso al plantar un rosal en maceta, es elegir una variedad.

El primer paso al plantar un rosal en maceta, es elegir una variedad que permita crecer en estas condiciones, esto tiene que ver con sus raíces. Investiga diferentes variedades y elige la que te enamore. Después, selecciona la maceta.

Esta debe ser grande, pues especialistas en jardinería señalan que las raíces de las rosas suelen ser profundas, por lo que es mejor optar por una profundidad de, al menos, 30 o 45 centímetros de alto, siempre con agujeros de drenaje para evitar que se pudra.

Finalmente, elige un sustrato con buen drenaje pero capaz de retener la humedad, es decir, un suelo que no sea muy pesado. Para plantar el rosal, necesitas:

  1. En la maceta limpia y desinfectada, agrega el sustrato y haz un agujero al centro.
  2. Coloca la rosa en el centro y extiende sus raíces.
  3. Termina de cubrir con sustrato y presiona ligeramente alrededor para estabilizarlo.
  4. Riega, saturando bien el sustrato.

Deberás volver a regar cuando la parte superior esté seca.

Coloca en un logar soleado y ventilado, evitando que el rayo del sol le dé directo en las horas más intensas. La recomendación es plantar el rosal de octubre a marzo. Aquí tenemos más tips para trasplantar y plantar tus plantas.

Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos con cualquier planta, es el riego. Según expertos, los rosales requieren un riego regular, abundante y a profundidad (dejando que el agua empape sus raíces), en especial durante el verano, esto evitará que resienta las altas temperaturas.

Si notas que la tierra está seca, puede ser necesario regar diario.

Esto cambia en invierno, cuando puedes espaciar el riego cada 3 días, pero cuidado con excederte o encharcarla, así evitarás la presencia de hongos.

Por último, evita regar en las horas de más calor, hazlo durante las primeras horas del día o las últimas de la tarde.

¿Cómo abonar los rosales en maceta?

Todas las plantas necesitan nutrientes para crecer y florecer. El abono ayuda a complementarlos, en especial durante los meses de floración y en las plantas que están en maceta, pues a un mayor riego, menores nutrientes.

Lo mejor es optar por una opción específica para rosas o plantas leñosas y aplicarlo una vez al mes en el mismo horario que el riego. Si prefieres opciones naturales, el humus de lombriz y el guano, le caen bien a los rosales.

¿Cómo podar un rosal?

La poda es otro elemento clave para mantener una planta en buen estado. En las rosas, es fundamental retirar constantemente la hojas, flores y tallos secos; eliminar las flores marchitas ayuda a que la planta crezca con energía y estimula su floración.

Si crece muy alto, se recomienda podar a 10 centímetros a ras del suelo para que vuelva a crecer con fuerza. Siempre poda con unas tijeras afiladas y desinfectadas, de forma sesgada hacia adentro, evitando cortar sobre los nudos

Asimismo, tan importante como la poda, es el trasplante, pero principalmente el cambio de tierra cada 2 o 3 años.

¿Cómo proteger un rosal de las plagas?

Uno de los problemas a los que se enfrentan las plantas y que impiden que florezcan o contribuyen a que se marchiten, son las plagas. Los rosales son susceptibles a los pulgones y escarabajos, que pueden reducir su vida útil.

Para evitar que suceda, lo mejor es elegir productos específicos para las plagas que pueden atacar al rosal. Aplícalos en las horas de menos sol.

También existen algunos insecticidas naturales que ayudan a mantener las plagas lejos, pero si el pulgón u otro animal ya atacó tu rosal, mejor eliminarlos de forma adecuada.

¿Cuáles son los beneficios de las rosas para la salud?

Las rosas son hermosas y adornan nuestros hogares, sin embargo, también se les han atribuido beneficios para nuestra belleza y salud, principalmente al preparar infusión con sus pétalos, la cual se puede usar en la piel o beberse.

En ese sentido, según el Iranian Journal of Medical and Aromatic Plants, el agua de rosas es rica en taninos, lo cual le da un efecto astringente, perfecto para limpiar la piel, eliminar la grasa y cerrar los poros.

Mas, no sólo nuestra piel se ve beneficiada. También es posible preparar té de rosas, el cual, según el Journal of Food Science, es rico en antioxidantes, principalmente polifenoles.

Estos se asocian a una reducción en el riesgo de ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, siempre y cuando sean parte de la dieta en buena proporción. Es decir, el té de rosas no logrará este efecto por sí solo.

Asimismo, se le atribuye un efecto relajante y la capacidad para reducir los dolores menstruales. Eso sí, para preparar un té de rosa, elige pétalos de flores libres de fertilizantes.

Hierve ⅔ de taza de pétalos de rosa lavados con 1 taza de agua, durante 5 minutos. Cuela y disfruta. Otra opción es elegir los pétalos deshidratados listos para preparar.

Listo, con estos consejos, ya sabes cómo cuidar un rosal para que dé muchas rosas y no se marchite “nunca”. Síguelos y aprovecha sus flores para cuidar tu belleza y salud.