Las relaciones sexuales se producen en momentos y contextos muy variados. Ana Belén Carmona Rubio, psicóloga, sexóloga y presidenta de Lasexologia.com, señala que tener sexo después de una discusión “no es algo extraño”. El médico y sexólogo Pedro Villegas Suárez confirma que constituye un motivo habitual de consulta: “Son muchas las parejas que, como les va mal, lo intentan arreglar con el sexo”.
Se pueden diferenciar dos tipos de situaciones en las que una pelea termina en la cama, unas veces con deseo sexual y otras sin él:
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Después de una disputa que acaba en entendimiento. “En ocasiones, cuando las parejas discuten porque hay problemas por resolver, al final se solucionan de manera conveniente”, relata Carmona. “Y cuando ha habido entendimiento, se ha hablado de sentimientos, se ha puesto sobre la mesa que la relación importa, sale a relucir lo importante que es el uno para el otro… a veces, como resultado, puede que haya ganas de tener sexo”. En definitiva, ha sido una discusión constructiva en la que ha terminado por aflorar el sentimiento y la ternura. “Yo he tenido parejas en consulta que, justo cuando tenían crisis, discutían y eso servía para resolver cosas, lo que movilizaba también el deseo sexual”, apostilla.
Para complacer a la pareja tras una discusión. En otros casos la disputa no acaba en un entendimiento y, a pesar de ello, la pareja mantiene relaciones sexuales. En esos casos, según la sexóloga, el sexo tiene lugar “no por deseo, sino utilizándolo de manera instrumental”. Uno de los dos miembros de la pareja, generalmente la mujer, no tiene ganas de sexo, pero piensa que puede servir para “calmar un poco la situación”. En este punto, Carmona aclara que “hay personas cuyo deseo no se ve tan afectado por las discusiones, mientras que para otras el inductor más poderoso es, precisamente, sentirse cohesionados o conectados con la otra persona”.