Suci Ramadhani, la niña de 8 años víctima del ataque del cocodrilo, estaba con sus amigos en un río del distrito de Teluk Kayeli, en una isla de Indonesia.
Mientras ella estaba distraída en el agua, el cocodrilo tuvo tiempo de acercarse y atacarla en cuestión de segundos.
El resto de los niños habría salido del río para pedir ayuda.
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Los lugareños trataron de salvar a la niña asesinando al cocodrilo; sin embargo, todos los esfuerzos fueron en vano.
Cuando el grupo de amigos salió del río para pedir ayuda, unas cuantas personas acudieron al lugar para detener el ataque del animal.
De acuerdo con medios locales, los hombres “lograron apuñalar al cocodrilo con una lanza con la niña aún en la boca”.
Los restos de la niña fueron hallados en el río durante la madrugada del día siguiente. Luego de meses en pausa, la reactivación del turismo ocurre sin cuidado por los cocodrilos.
Putu Astawa, jefe de turismo de la zona, reconoció que el “río está infestado de cocodrilos de agua salada” y sin restricciones.
No obstante, las medidas de protección para prevenir los ataques de cocodrilos han sido insuficientes en los últimos 10 años.
Ante la inminente apertura de fronteras y llegada de turistas extranjeros, la preocupación de los habitantes aumenta con respecto a la conservación de la flora y fauna del lugar.
Por su parte, autoridades locales se comprometen a “poner sobre la mesa” nuevas medidas para la segura interacción entre los turistas, cocodrilos y más animales salvajes.
El Ministerio de Justicia emitió el miércoles un decreto que permite a los extranjeros obtener permisos de visitas largas; esto, con el objetivo de iniciar con el plan de “recuperación económica nacional”.
