- Las compañías cada vez más se están digitalizando y continúan innovando, creando nuevos productos o servicios según las necesidades del mercado
Se sabe que Latinoamérica es un mercado emergente con un gran potencial de crecimiento referente al ecosistema digital y en los últimos años, se ha demostrado que la penetración de mercado del comercio electrónico en dicho continente ha crecido un 3%, tanto en México como en Brasil, mientras que otros países de la región muestran cifras aún más bajas. En comparación, China se sitúa en un 22% y USA en un 15%. Si bien hay un progreso importante, los números bajos muestran un enorme potencial para ser desarrollado en los próximos años.
Por otro lado, en términos de pagos transfronterizos su adaptación en la región ha ido a paso lento, pero están por tomar un impulso prometedor. La sinergia de las nuevas tecnologías con una renovada determinación entre las autoridades de diversos mercados locales está dando paso a importantes mejoras. Prueba de ello, solo el último año América latina representó el 5% de todas las transacciones y hoy en día la región se puede caracterizar como impulsada por tarjetas de crédito y liquidez, según el Informe de Pagos Globales de McKinsey 2020.
Inclusión Financiera, un próspero camino en Latinoamérica
América Latina cuenta con una infraestructura bancaria bien desarrollada y un ecosistema móvil en crecimiento. La región tuvo la tasa de penetración de Internet más alta en 2019 y un fuerte crecimiento de la conexión del 14% anual. Se espera que para el 2022 el 90% de las solicitudes de Internet se realicen a través de teléfonos inteligentes, por lo que en América Latina se hace posible una oportunidad única para promover una mayor inclusión financiera.
La tecnología es un factor importante de expansión y optimización, siendo una parte importante de la promoción del desarrollo social en la propia región. Sin embargo, el COVID-19 también ha brindado algunas oportunidades que se pueden aprovechar en este camino del desarrollo de la inclusión financiera en LATAM. En particular, los programas de transferencias del Gobierno implementados en diferentes países de América Latina -dentro de los que se destacan Colombia, Perú, Chile y Costa Rica- se convirtieron en un instrumento de inclusión financiera. De hecho, a pesar de que muchos de estos programas existían previamente, la novedad consistió en que los recursos se transfirieron a través de productos financieros formales, favoreciendo la vinculación de población que se encontraba excluida del sistema financiero.
Sumado a esto, las medidas de distanciamiento social favorecieron el proceso de digitalización de las transacciones, fomentando la utilización de servicios financieros de carácter no presencial. Esto se ha reflejado en que los portales y aplicaciones especializados en temas de finanzas y pagos hayan tenido un crecimiento en descargas con un rango entre 25% y 35% durante el último año.
Igualmente, países como Brasil, México y Argentina han implementado sistemas de pagos rápidos, los cuales buscan masificar las operaciones financieras digitales.