Aprende a tener y mantener el deseo sexual

Aprende a tener y mantener el deseo sexual
Aprende a tener y mantener el deseo sexual

Algo que pensamos de manera errónea es que el deseo sexual “aparece”, nos sale de manera natural y espontánea, se tiene o no se tiene, pero es importante romper con ese mito. El deseo sexual no es algo primario, es decir, hay que buscarlo, fomentarlo y cuidarlo.

El deseo sexual, como la sexualidad, tiene tres miradas inseparables que son la bio-psico-social. Veamos cómo estos tres ámbitos pueden afectar nuestro deseo sexual, tal y como detalla Blázquez: La parte biológica. La testosterona es la hormona básica para el deseo sexual, la gasolina del deseo. Algunos tratamientos o procesos, como pueden ser los oncológicos, hacen que nuestros niveles de testosterona estén descompensados, produciendo así una alteración en nuestro deseo. Es importante tenerlo en cuenta y consultarlo, si lo valoramos necesario, con nuestro profesional de la salud.

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La parte psicológica o emocional. Nuestro deseo, lo que deseamos y cómo lo deseamos, está muy vinculado a nuestra historia personal y de aprendizaje. Las experiencias vividas las hemos podido vincular a algo positivo, o por el contrario, a algo totalmente displacentero o incluso doloroso. Si nos damos cuenta de que tal vez esto es lo que nos está sucediendo, es importante que acudamos a una profesional de la Sexología para poder trabajar esas experiencias, mitos, o falsas creencias. Volver a conectar tu deseo con estímulos positivos, que te permitan disfrutar de él, sin sentimientos negativos o de culpa, es importante para comenzar así a disfrutar de una sexualidad plena.
La parte social.

No podemos desvincular el peso que tiene nuestro deseo sexual a lo que nos haya marcado la sociedad o nuestro sistema familiar. Por ejemplo, si me he criado en una sociedad en la que me dice que el que tiene derecho al deseo sexual es el hombre y la mujer que tiene deseo es “mala”, tenderé a bloquear mi deseo. Si me “venden” que a una edad determinada mi deseo sexual va a desaparecer, como en la menopausia, probablemente me conforme y me resigne a esa idea impuesta. Una educación sexual es importante para poder romper con estos mitos y falsas creencias y ser dueños y dueñas de nuestro placer.

Por lo tanto, concluye Blázquez, “teniendo en cuenta estos tres factores inseparables, podemos confirmar que el deseo sexual se aprende a tener y mantener, por lo que es importante que sepamos que cada uno de nosotros somos responsables de nuestro deseo sexual”.