Desde el amplio número de cámaras CCTV (Circuito Cerrado de Televisión) hasta los postes de iluminación equipados con tecnología de reconocimiento facial, actualmente a prueba, Singapur ha visto una explosión de herramientas para vigilar a sus habitantes.
Las autoridades han impulsado su visión de una ‘nación inteligente’, hipereficiente y tecnológica, pero activistas dicen que se sacrificó la privacidad y que las personas tienen poco control de lo que se hace con sus datos.
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Singapur ha sido criticada por reducir las libertades civiles y su población se acostumbró a los fuertes controles, pero hay una preocupación creciente con la tecnología intrusiva.
Al estilo ‘Robocop’
Los más recientes aparatos de vigilancia son los robots con ruedas y siete cámaras, que emiten advertencias al público y detectan “comportamientos sociales no deseados”.
Eso incluye fumar en áreas prohibidas, estacionar mal las bicicletas o violar las reglas de acercamiento por el coronavirus.