El régimen de Arabia Saudí ha ejecutado este martes a otro preso político en la localidad de Al-Qatif, en la provincia Oriental, de mayoría chií.
En un comunicado, el Ministerio del Interior suadí ha informado que ha efectuado la sentencia de pena capital dictada contra el ciudadano Muslim bin Muhamad al-Muhsin, a quien acusa de participar en lo que llama “una célula terrorista” para atacar a las fuerzas de seguridad.
Entre las acusaciones contra el ciudadano saudí, el Ministerio del Interior saudí ha planteado que el preso político había preparado cócteles Molotov para atacar a las fuerzas saudíes.
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Según los medios locales, Al-Muhsin fue arrestado en 2015 en la aldea de mayoría chií de Al-Awamiya en Al-Qatif.
En ese momento, la familia de Al-Muhsin negó que su hijo hubiera participado en alguna banda para atacar a las furezas de seguridad, como alegan las autoridades saudíes.
Los musulmanes chiíes constituyen la mayoría de la población de Al-Qatif que desde febrero de 2011 ha sido protagonista de las protestas pacíficas frente a una campaña de marginación liderada por Riad contra los fieles chiíes.
Desde que el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, se convirtiera en el rey de facto de Arabia Saudí en 2017, el reino ha incrementado las detenciones de activistas, blogueros, intelectuales y otras personas consideradas opositores políticos, mostrando una tolerancia casi nula con la disidencia, incluso ante las condenas internacionales de la represión.
