El mandatario filipino Rodrigo Duterte anunció este sábado que no se presentará a las elecciones de 2022, en las que podía optar al puesto de vicepresidente, y que se retirará de la vida política, lo que allana el camino para que su hija sea candidata a dirigir el país.
El abrumador … sentimiento de los filipinos es que no estoy habilitado y sería una violación de la constitución pasar por encima de la ley, del espíritu de la constitución para ser candidato a vicepresidente”, explicó Duterte.
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Hoy anuncio mi retirada de la vida política”, concluyó.
Duterte, de 76 años, a quien la constitución le impide presentarse a un segundo mandato de seis años, sigue siendo casi igual de popular en las encuestas que cuando ganó los comicios en 2016 prometiendo una firme campaña contra el narcotráfico en el país.
El mandatario había anunciado que sería candidato a vicepresidente, una operación denunciada por la oposición como una treta para librarse de posibles acciones de la justicia.
Un reciente sondeo, realizado por PulseAsia Research, indicó que Duterte había retrocedido en las intenciones de voto.
Otra encuesta realizada por Social Weather Stations mostró que un 60% de los filipinos no pensaban que la candidatura de Duterte como vicepresidente respetaba la esencia de la Constitución.
Pero su anuncio de este sábado es una verdadera sorpresa, aunque el jefe de Estado no especificó cuándo realmente dejará la política.
La CPI y una campaña espectáculo
Duterte tampoco se ha pronunciado sobre a quién apoyará como sucesor, aunque muchos estiman que sea su hija Sara, quien previsiblemente lo proteja de cargos criminales ante la investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) por su violenta guerra contra el narcotráfico.
Las últimas cifras oficiales informan de al menos 6 mil 181 muertos y más de 200 mil operaciones antidroga en el archipiélago asiático desde 2016, pero los activistas de derechos humanos estiman que los números reales son muy superiores.
Sara Duterte-Carpio, alcaldesa de la ciudad de Davao (sur) y muy bien situada en los sondeos, afirmó que no se presentaría si su padre aspiraba a la vicepresidencia.
La campaña electoral en Filipinas comenzó oficialmente este viernes con la apertura de las inscripciones para los 18 mil cargos en juego.
Además de la hija de Duterte, si confirma su candidatura, aspiran a la presidencia Ferdinand “Bongbong” Marcos, hijo del exdictador del mismo nombre, el exboxeador Manny Pacquiao o el exactor y alcalde de Manila, Francisco Domagoso, conocido como Isko Moreno, además de otras celebridades televisivas, e incluso un preso.
Ante los filipinos se abren siete largos y ruidosos meses de campaña electoral, aunque la pobreza económica y la pandemia pueden minar el ambiente festivo en esta ocasión.
Las campañas electorales en esta caótica democracia son verdaderos espectáculos.
Los candidatos suelen invitar a celebridades a sus mitines y, en vez de explicar sus políticas, deben mostrar su carisma, cantar o bailar.
La política filipina está dominada por poderosos clanes que copan todos los niveles de la administración ante la ausencia de un sistema de partidos fuerte.