El delantero brasileño del Flamengo se convirtió en la figura que llevó a su equipo a una nueva final de Copa Libertadores, empatando uno de los récords históricos de ‘O Rei’.
La suya no es la típica historia del futbolista que deslumbró a los cazatalentos. Ya mayor de edad, Bruno Henrique seguía perforando redes en el futbol amateur de Brasil. Ahora, la figura del Flamengo en las semifinales de la Copa Libertadores comparte récord con Pelé.
El atacante, de 30 años, anotó los cuatro goles del bicampeón brasileño contra el Barcelona de Ecuador en las semifinales del torneo sudamericano, una proeza sólo conseguida por Pelé (Santos, 1963) y los colombianos Miguel Borja (2016) y el fallecido Albeiro ‘Palomo’ Usuriaga (1989), ambos con Atlético Nacional.
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Sus anotaciones llevaron al popular club carioca a la final de la principal competición de clubes de América, que disputará con sus compatriotas de Palmeiras el 27 de noviembre en Montevideo.
“Me voy a enfocar en conquistar el título. Vestir esta camiseta no es para todo el mundo, soy un afortunado. Estoy muy feliz de haber marcado los dos goles en el Maracaná y aquí [en Guayaquil]. Sólo me resta agradecer”, dijo el miércoles, tras sellar la serie (4-0 en el global) contra los ecuatorianos.
Pese a la felicidad por el triunfo y su brillante actuación individual, que acerca al ‘Mengão‘ a su tercera corona en la Libertadores tras las de 1981 y 2019, no todo fue alegría en la vida de Bruno Henrique.
Durante su juventud, entre semana estudiaba y trabajaba como recepcionista de oficina para ayudar a su familia, de origen humilde.
Y los domingos defendía los colores del Inconfidência, el equipo de su barrio, Concórdia, en los campeonatos barriales de la capital del estado de Minas Gerais, justo este fue el equipo que lo puso en la mira del futbol brasileño.