El venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos “El Chacal”, compareció este miércoles ante el tribunal de París que debe fijar la pena por su responsabilidad en un atentado en una galería comercial en 1974 que dejó dos muertos y 34 heridos.
Este juicio representa “la última ronda judicial” para un “veterano del terrorismo” y “un viejo conocido de la justicia francesa“, en palabras del diario Le Parisien, y sobre quien ya pesan dos cadenas perpetuas por otros hechos.
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Yo he matado al menos 83 personas, pero nunca he matado inocentes”, aseguró esta figura de la lucha armada ‘antiimperialista’ de los años 1970-1980 y que, a sus 71 años, sueña con cumplir su condena en su Venezuela natal.
Ya fue condenado dos veces a perpetuidad por un triple asesinato en 1975 en París y cuatro atentados con bomba cometidos en Francia en 1982 y 1983 (11 muertos y 191 heridos).
Ahora se enfrenta a una nueva cadena perpetua.
En el caso del atentado perpetrado hace 47 años en el centro de París, la justicia ya confirmó en firme su culpabilidad, pero en noviembre de 2019 la Corte de Casación ordenó que se revisara la pena impuesta.
En apelación, este exmiembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina fue condenado por asesinatos y tentativas de asesinato por “efecto de una potencia explosiva” y por transportar “un artefacto explosivo sin motivo legítimo”.
Sin embargo, en casación, el alto tribunal francés consideró que el transporte de la granada era “una operación preliminar necesaria para la comisión de los otros delitos” y estimó que había sido condenado dos veces por el mismo hecho.
Aunque su abogada, Isabelle Coutant-Peyre, pidió la anulación de ese cargo, el tribunal siguió la opinión del fiscal y rechazó la petición, al considerar que los hechos ya fueron juzgados y que ahora deben centrarse en fijar la pena.
Para ello, el presidente del tribunal subrayó que el contexto y la personalidad de Ramírez Sánchez son claves y los primeros testigos empezaron a revelar detalles de este hombre, encarcelado en Francia desde su detención en Sudán en 1994.
Estoy de vacaciones forzadas desde hace 27 años y medio”, dijo Ramírez Sánchez, vestido con chaqueta oscura y con mascarilla por debajo de la nariz, al presidente del tribunal cuando le pidió identificarse al inicio del juicio.
‘Combatiente revolucionario’
Sobre su personalidad, un psiquiatra que lo examinó en 2013 y 2021 descartó un trastorno mental y aseguró que se presenta como “un preso político en un entorno hostil”, una idea confirmada por el periodista húngaro Laszlo Liszkai, autor de un libro sobre él.
Los inicios de su actividad tuvieron lugar en su Venezuela natal, donde nació y se crió en el seno de una familia politizada, y “para alejarlo de los movimientos revolucionarios”, sus padres decidieron su marcha a Europa, aseguró Liszkai.
Su amante en el momento del atentado dijo que no era alguien violento.
No lo veía como una persona capaz de hacer eso”, dijo la mujer de 74 años, quien pasó seis meses en prisión preventiva por estos hechos y que intentó “olvidar”.
Pero un agente de los servicios de inteligencia franceses, que repasó sus actividades en Europa, lo presentó en cambio como un “combatiente revolucionario”, “manipulador”, “romántico” y “seductor”.
El ataque en Drugstore Publicis tuvo lugar el 15 de septiembre de 1974 en París. Sobre las 17H10, una granada desde un restaurante ubicado en un piso superior estalló en la planta baja de la entonces popular galería comercial.
El juicio contra Carlos “El Chacal”, que negó haber dado una entrevista en 1979 a la revista El Watan Al Arabi en la que reconocía esta acción, debe prolongarse hasta el próximo viernes, cuando se conocerá su nueva condena.
Para la acusación, se buscaba facilitar la liberación de un japonés detenido en Orly, miembro del Ejército Rojo japonés, un grupo armado de extrema izquierda que simultáneamente raptó rehenes en la embajada francesa en La Haya.
A falta de muestras de ADN y de confesión, el venezolano fue condenado por una serie de elementos de cargo, entre ellos el testimonio de un antiguo compañero de armas arrepentido, el alemán Hans-Joachim Klein.
Según la investigación, la granada usada en el Drugstore procedía del mismo lote robado en una base militar en Alemania que unas halladas en la casa de la amante de Carlos y que las abandonadas en la toma de rehenes en La Haya.