La congresista demócrata estadounidense Ilhan Omar ve insuficiente la disculpa del Pentágono por el ataque con drones que dejó 10 civiles muertos en Afganistán.
El Comando Central de EE.UU. (Centcom, por sus siglas en inglés) reconoció el viernes que mató a 10 civiles en el ataque que llevó a cabo a finales de agosto en Kabul con un avión no tripulado (dron), pero justificó ese accionar con la “teoría de la certeza razonable”. “Fue un error”, admitió el general Kenneth McKenzie, jefe del Centcom.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
En este sentido, la congresista musulmana estadounidense Ilhan Omar, mediante un mensaje emitido la misma jornada en su cuenta de Twitter, manifestó que decir “lo siento no es suficiente. Miles de personas han muerto en ataques encubiertos e inexplicables con drones durante las últimas dos décadas. Deberíamos exigir responsabilidades a todos los involucrados en esto y una investigación completa sobre esto y todo el programa de drones”, agregó.
La congresista demócrata por el estado de Minnesota, tras condenar tal ataque, hizo hincapié en la necesidad de compensar a las familias y dar permiso a llevar a cabo las investigaciones penales internacionales sobre las ofensivas de EE.UU. A su vez, la secretaria de prensa de la Casa Blanca durante el mandato del expresidente Donald Trump, Kayleigh McEnany, subrayó que el ataque estadounidense a Kabul bajo el pretexto de luchar contra el grupo terrorista Daesh no mató a ningún miembro de esta banda, sino mató a 10 civiles inocentes.
McEnany enfatizó que “la Administración de [del presidente Joe] Biden es un desastre triste, trágico y una vergüenza total en el escenario mundial”.
El 10 de septiembre, el periódico local The New York Times puso en duda las alegaciones del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) sobre la ofensiva en cuestión, según las cuales, supuestamente “se eliminó una amenaza inminente” al asesinar a un “facilitador” de Daesh, autor de los atentados del 26 de agosto, que se saldaron con la muerte de 170 personas, incluidos 13 soldados estadounidenses, cerca del aeropuerto de Kabul.
