Más de 200 manifestantes fueron arrestados y varios policías resultaron heridos este sábado en Melbourne, Australia, en violentos disturbios durante una protesta contra el confinamiento impuesto para frenar el coronavirus.
Las fuerzas de seguridad utilizaron gas pimienta contra los manifestantes en la segunda ciudad más poblada del país, donde cientos de personas incumplieron la obligación de quedarse en casa para protestar contra el confinamiento.
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Melbourne, capital del estado de Victoria, vive su sexto confinamiento desde el inicio de la pandemia.
Las autoridades locales notificaron este sábado más de 500 casos por covid-19.
La policía informó de que seis agentes habían sido hospitalizados tras ser lesionados por el lanzamiento de objetos y ser pisados durante los choques frente a unos 700 manifestantes.
Lo que hemos visto hoy es un grupo que se unió, no para exigir más libertades, sino para enfrentarse y luchar con la policía”, declaró a la prensa el comandante de la Policía de Victoria, Mark Galliott.
Las fuerzas del orden intentaron impedir que los manifestantes llegaran al centro de la ciudad, bloqueando carreteras y deteniendo el transporte público, para evitar que se repitieran las escenas de violencia que marcaron la protesta precedente en agosto, en el que participaron miles de personas.
En la capital de Nueva Gales del Sur, Sidney, se detuvo a 20 personas después de que las autoridades desplegaran un dispositivo especial de la policía en un parque de la ciudad y en otros puntos del estado para contrarrestar manifestaciones similares.
Sidney está confinada desde finales de junio y Melbourne desde fines de julio.
Las autoridades aseguraron estar esforzándose para encontrar una manera de aliviar estas restricciones.
Durante la mayor parte de la pandemia, Australia registró una de las tasas de infección más bajas del mundo gracias a una estrategia de estrictos cierres de fronteras, rastreo de contactos e intensas campañas de detección.
Pero, el resurgimiento de la epidemia debido a la variante Delta a mediados de junio en Sidney provocó un cambio de estrategia y un mayor apoyo de la población a la vacunación contra el coronavirus.