Miles de salvadoreños marchaban este miércoles por las calles de la capital para protestar contra el presidente Nayib Bukele, a quien acusan de subyugar a las instituciones democráticas para consolidarse en el poder.
En el centro de los reclamos están la reciente ley que permitió la adopción del bitcóin como moneda de curso legal y la destitución de magistrados de la Corte Suprema y del Fiscal General en mayo, medidas controvertidas porque fueron impuestas por la mayoría oficialista en el Congreso sin consulta previa.
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Los manifestantes, que vandalizaron un cajero donde es posible intercambiar la cibermoneda por dólares, cuestionan también un reciente fallo de magistrados aliados de Bukele que permitiría su reelección inmediata, actualmente prohibida por la Constitución.
Es importante decir esta mañana: ¡Basta ya! Lo que está haciendo el Gobierno es un actuar prepotente, es autoritarismo”, dijo Dora Rivera, una manifestante de 49 años.
No me gusta nada la gestión de él (Bukele), siento que es un niño caprichoso”, consideró Norelbia Arias, una estudiante de 28 años.
Los participantes en las protestas blandieron pancartas con expresiones como “Bukele dictador” y gritaron consignas pidiendo la salida del poder del gobernante de 40 años, que sin embargo es uno de los mandatarios mejor valorados de Latinoamérica, según los sondeos.
En la marcha, que congregó a unas 4 mil 500 personas, de acuerdo con los organizadores, aunque no hay datos oficiales, participaban sindicalistas, universitarios, médicos, campesinos, abogados, comunidades LGBTI, indígenas y políticos de la oposición, según un testigo.
El presidente, que dará un mensaje a la nación por la noche, es cuestionado también por la ocupación temporal del Congreso con militares y policías en 2020 como forma de presionar al Legislativo, antes de lograr la mayoría parlamentaria en unas elecciones posteriores.
En mayo, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) retiró parte de su apoyo al país, después de que Washington expresara preocupación por las medidas impulsadas por Bukele contra el poder judicial y subrayar el riesgo que representan para la independencia de poderes.