Este tipo de marcas se asocian a periodos prolongados de cambios en la piel tales como el aumento o disminución de peso en pacientes que acuden al gimnasio, tras cirugía bariátrica o después de un aumento mamario.
Uno de los pequeños males con los que se topa nuestra piel, sobre todo la de las mujeres, con los cambios corporales es el de la aparición de las estrías de distensión. Victoriano Morales, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, define las estrías de distensión como “marcas en la piel, normalmente de disposición lineal y color desde rosado a blanquecino”.
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Su diagnóstico es sencillo. “Una exploración dermatológica en consulta sirve para identificarlo”, señala Morales. Están producidas por una distensión de la piel, que rompe las fibras elásticas.“Consisten en placas atróficas lineales, a menudo localizadas en mamas, abdomen, caderas y muslos.
Se pueden producir en numerosas situaciones clínicas, incluyendo el embarazo, y son el resultado del estiramiento continuo y progresivo de la piel”, puntualiza Elena de las Heras, dermatóloga miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Además del embarazo, este tipo de marcas se asocian a periodos prolongados de cambios en la piel tales como el aumento o disminución de peso en pacientes que acuden al gimnasio, tras cirugía bariátrica o después de un aumento mamario.
El especialista de Quirónsalud da cifras concretas:
“La predisposición genética así como los cambios hormonales están implicados en el desarrollo de las estrías, pero durante el embarazo entre el 75% y el 90% de las pacientes las desarrollan en el tercer trimestre”.